CONCLUYERON
LAS DECLARACIONES DE LAS VICTIMAS URUGUAYAS
Después de
nueve meses de audiencias en el juicio oral que investiga los crímenes de la
coordinación represiva de las dictaduras del Cono Sur, comenzaron los
testimonios de expertos en el tema. Luego se escuchará a las víctimas chilenas.
Página 12 - 14 12 13 - Por Alejandra
Dandan
El juicio
oral por los crímenes del Plan Cóndor concluyó su primera etapa, centrada en la
reconstrucción de los casos de las víctimas uruguayas. Ayer comenzaron las
declaraciones de los testigos de contexto, que son expertos e investigadores
que analizaron las políticas de la coordinación represiva de las fuerzas de
seguridad de la región durante las últimas dictaduras.
Luego se iniciará la
segunda parte, destinada a recoger pruebas sobre las víctimas chilenas y del
resto de los países. Para la fiscalía, la etapa que concluye fue importante en
cantidad de prueba, no sólo para reconstruir los secuestros y desapariciones de
cada caso, sino también para aportar elementos a la lógica de coordinación de
las dictaduras del Cono Sur que se llevó a cabo con la colaboración y el apoyo
de Estados Unidos, que es uno de los elementos más significativos del juicio.
“Los 106
casos que llegaron al juicio son una muestra de lo que sucedió con el Cóndor”,
dice Pablo Ouviña, fiscal del juicio oral. “Con este juicio no sólo estamos
viendo si en el caso de cada una de las víctimas se verifica si hubo ‘delito’,
sino que además estamos viendo otra cosa: la misma existencia del Cóndor. En
esa vía buscamos pruebas sobre la existencia de la asociación ilícita (entre
las fuerzas represivas), y luego ver si cada persona que está acusada en el
juicio tuvo participación o contribuyó en la asociación ilícita y cómo lo
hizo”.
En esa
mirada anclada entre lo singular y la coordinación general, se halla una de las
características de este debate. También de lo que pasó hasta ahora y de lo que
se espera.
Jaime Nuguer
es abogado por la querella originaria del juicio. “Me parece que lo
específicamente relevante (del período uruguayo) es la abundante prueba
testimonial que se produjo contra Manuel Cordero Plancentini por los delitos de
tortura y desaparición de muchos militantes y dirigentes del Partido para la
Victoria del Pueblo (PVP) y del MLN (Tupamaros)”, señala.
“Cordero era el
número dos de los servicios uruguayos, detrás de Nino Gavazzo, y como tal un
operador importante de la Operación Cóndor. Estaba prófugo en Brasil, de donde
fue extraditado a la Argentina en 2007”. El juicio oral comenzó en marzo. Se
juzga a 22 represores, entre ellos los más altos responsables de la represión
argentina que todavía están vivos y al uruguayo Manuel Cordero, emblemático
para las víctimas y sobrevivientes de ese país, encargado del traslado de los
prisioneros y enlace entre las dos fuerzas represivas.
El juicio intenta
reconstruir las pruebas de secuestros y desapariciones de 106 personas, entre
los cuales hay una mayoría de uruguayos (48), pero también hay chilenos,
paraguayos y bolivianos. Todas las víctimas del Cóndor elevadas a juicio están
desaparecidas y fueron secuestradas en territorio argentino, en general cuando
estaban exiliadas legalmente o escondidas por la persecución de las dictaduras
en sus propios países. Entre las víctimas hay un grupo argentino secuestrado en
Brasil.
También hay 67 casos que están en juicio y a la vez declararon como
parte de lo que se llama Orletti II, es decir, secuestrados que pasaron por el
centro clandestino que fue la sede del Cóndor en Buenos Aires. Entre uno y otro
listado de víctimas hay pocos nombres superpuestos. Desde el comienzo del
juicio se dijo que uno de los datos más importantes del debate es que estaba
destinado a probar el accionar conjunto de las dictaduras en la región y a la
vez que podía ser un escenario de justicia para muchas de las víctimas de los
países en donde existen dificultades para llevar adelante los juicios.
Hasta acá,
la etapa uruguaya permitió reconstruir lo que sucedió con los uruguayos que
estaban viviendo en la Argentina. Además de los testimonios, uno de los datos
importantes que es que la suma permitió comprender las olas de la evolución
represiva. “En su momento, con muy buen criterio, el Tribunal entendió que
tenía que trabajar la organización del juicio por binomios”, señala el fiscal.
“Si bien el Cóndor implica mirar el conjunto de los países, esto era imposible
hacerlo en forma simultánea y por eso fue importante el modo de organizar las
audiencias”.
El binomio permitió seguir un orden por país, primero Uruguay,
como luego será el caso de Chile, y más tarde los otros. Esa organización
incluyó una organización cronológica de los secuestros, para entender la
evolución de la ola represiva. Y pensada como binomio porque cada país incluye
la relación con la Argentina. “Hasta aquí, los casos uruguayos nos permitieron
ver claramente ciertas oleadas represivas. Significa que en un período muy
corto de tiempo se produjeron muchos secuestros agrupados, y muchos son casos
de este juicio”.
Así como esa
mirada puede aportar datos para pensar la coordinación, se espera que esto
quede reforzado por otros elementos del juicio. Daiana Fusca, del Cels, que es
uno de los organismos de derechos humanos querellantes, señala el peso que
tienen en ese sentido los archivos documentales. “Una de las líneas que se
podrá profundizar con el análisis de la documental es la intervención de
Estados Unidos. Esto y los testigos de concepto van a permitir visibilizar en
el juicio la coordinación represiva”.
El primer testigo de este tipo fue el
historiador uruguayo Alvaro Rico, coordinador de la investigación histórica
sobre la dictadura en ese país e integrante de la Secretaría de Seguimiento de
la Comisión para la Paz. El martes debe declarar el periodista uruguayo Samuel
Blixen. Y entre los expertos también está prevista la testimonial de la periodista
Stella Calloni.
Los
materiales serán importantes para probar además la coordinación entre el resto
de los países. Pero cada tramo tendrá su singularidad. La prueba testimonial
uruguaya, como se dijo, fue mucha y contundente. Los casos que llegaron a
juicio son representativos de lo que sucedió con los uruguayos que estuvieron
en el país.
El juicio, además, contó con la declaración de sobrevivientes de
Orletti. Eso permitió producir nuevos datos, dado que muchos pudieron aportar
elementos sobre la coordinación represiva. “Los casos uruguayos permitieron ver
lo que fue Orletti, el llamado primer vuelo, el segundo (con todos
desaparecidos) y el Grupo de Acción Unificadora del 1977. Uno fue viendo a
través de las testimoniales cómo iba cayendo todo, porque todo lo que están en
el juicio permite hacerlo”, señala el fiscal.
Los casos
chilenos que están en juicio son 22. Entre ellos hay un grupo que fue
secuestrado en Mendoza, pero el resto de las víctimas fueron desaparecidas en
momentos distintos.
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