Una venia sin justificación y un mensaje preocupante
El
Poder Ejecutivo ha solicitado la venia para el ascenso a general del actual coronel
Jorge Ignacio Fernández, de acuerdo a lo informado por El Observador, a través
de su cronista, siempre bien informado de la interna militar, Leonardo
Haberkorn, quien dió la alerta el pasado sábado 9 de enero.
El
fortalecimiento de la institucionalidad democrática supone que los mandos
superiores de las Fuerzas Armadas estén conformados por profesionales de
sólidas convicciones democráticas y una trayectoria intachable al respecto,
además de poseer habilidades y formación específica.
El
coronel Jorge Fernández, está documentado, permitió el ingreso a la unidad
militar que comandaba y extendió por dos veces la constancia del vida del
prófugo de la Justicia coronel retirado
Pedro Mato Narbondo en el departamento de Rivera.
Gracias
a la activa colaboración del coronel Jorge Fernández, Pedro Mato Narbondo se mantiene prófugo de la
justicia uruguaya y de la italiana la cual lo ha condenado por su participación
en los crímenes del Plan Cóndor.
Asesino de Luis
Batalla
En
abril del año 1972, el Parlamento aprobó el Estado de Guerra Interno y habilitó
con ello a que las Fuerzas Conjuntas, integradas por las tres fuerzas y la
Policía, desataran una masiva y generalizada represión en todo el país. Las
detenciones al amparo de la justicia militar se vieron acompañadas por el uso
masivo, sistemático y generalizado de las torturas a los prisioneros. Luis
Batalla, “Lucho”, militante del Partido Demócrata Cristiano (PDC) fue el primer
uruguayo asesinado por torturas en una dependencia militar. Ocurrió en el
departamento de Treinta y Tres.
El
expediente judicial aún está en vías de resolución, pero Pedro Mato Narbondo
está sindicado como uno de los asesinos de Batalla y desde hace años se
mantiene prófugo de la justicia. Al igual que lo hiciera también en su momento
el coronel retirado Manuel Cordero, hoy preso en la República Argentina, Mato
Narbondo se trasladó a vivir a Santana do Livramento para evadir a la justicia
y seguir cobrando su pensión militar que le permite vivir con toda comodidad.
Brindó colaboración a
un terrorista estatal
Mientras
el actual coronel Fernández era el jefe del cuartel de Rivera, Mato Narbondo
ingresó en reiteradas ocasiones a las dependencias militares y dialogó amigablemente
con el jefe de la unidad tal cual ha quedado debidamente documentado.
Interrogado al respecto, tal como lo ha señalado la investigación de Mauricio
Pérez en el semanario Brecha, Fernández mintió al declarar ante la Fiscal. Si
bien no es un delito desde el punto de vista legal, es evidente que sus
estándares éticos dejan mucho que desear en todos los planos.
Pedro
Mato Narbondo es uno de los llamados
“militares del proceso” y es un connotado represor del terrorismo de Estado en
Uruguay, vinculado directamente al asesinato de Luis Batalla en mayo de 1972.
Héctor Gutiérrez Ruiz
y Zelmar Michelini
En
mayo de 1976 cuando el futuro del proceso cívico militar uruguayo estaba en
discusión, un comando conjunto uruguayo – argentino secuestró al Dr. Manuel
Liberoff, a Rosario Barredo, a William Whitelaw, al exsenador Zelmar Michelini
y al expresidente de la Cámara de Representantes Héctor Gutiérrez Ruiz, en
Buenos Aires. Los últimos cuatro aparecieron acribillados a balazos a los días
de su secuestro. El líder del Partido Nacional Wilson Ferreira Aldunate salvó
milagrosamente su vida.
Desde
el regreso a la vida democrática hay fuertes e incuestionables testimonios que vinculan
al coronel Pedro Mato Narbondo a los crímenes de Héctor Gutiérrez Ruiz y Zelmar
Michelini en Buenos Aires en 1976 y otras graves violaciones a los derechos
humanos por las cuales fue condenado en Italia en el año 2019.
Promueven un coronel
de dudosas credenciales
La
activa colaboración del coronel Jorge Fernández con un criminal estatal
demuestra una absoluta falta de adhesión de su parte a los principios
republicanos de gobierno y por lo mismo su perfil personal es incompatible con
ocupar altos cargos en las Fuerzas Armadas, incluso como el que ostenta en la
actualidad, de acuerdo a los trascendidos de prensa.
Al
solicitar su venia para ascenderlo a general, el Poder Ejecutivo expresa y
trasmite a la población en general un punto de vista que no compartimos y que
rechazamos enérgicamente.
La
democracia es una gran conquista del pueblo uruguayo, es un inmenso logro a
preservar. Dada la terrible experiencia que el pueblo uruguayo ha tenido con
las Fuerzas Armadas prestar suma atención a quienes son sus mandos es muy
importante. La dictadura cívico militar fue posible, entre otras razones,
porque entre los mandos de la época eran amplia mayoría los oficiales formados
en la Escuela de las Américas de EEUU, en la Doctrina de la Seguridad Nacional
y que despreciaban la institucionalidad democrática.
Para
afirmar el Estado de Derecho hay que designar profesionales con sólidas
convicciones democráticas republicanas, de respeto a la Constitución de la
República, a sus leyes y también al Poder Judicial.
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Opinando
N° 1 – Año 10 – 11 de enero de 2021