Por Carlos Peláez - Facebook - 4 6 21
El general ( r ) Mario
Aguerrondo es hijo del fundador de los Tenientes de Artigas, está involucrado a
varias desapariciones, es sindicado como responsable de atentados contra Sanguinetti
y otros, colaboró con Lacalle Herrera, fue el jefe del batallón de Infantería
13 conocido como “300 Carlos” o “el Infierno grande”.
Coronel Mario Aguerrondo, 1975, cuando era jefe del Batallón 13 "El infierno grande".
La historia, y el fiscal
Ricardo Perciballe, hicieron justicia. Ayer cayó un intocable, porque durante
decenas de años los Aguerrondo padre e hijo fueron protagonistas de algunos de
los sucesos más espantosos de nuestro tiempo y hasta ahora habían tenido
impunidad. Se les terminó.
Ayer la justicia procesó y
envió a prisión a 7 terroristas de Estado por las torturas infligidas a
centenares de detenidos en el Batallón 13 de Infantería, ubicado en las avenida
de Las Instrucciones contiguo a la virgen de Lourdes. Uno de ellos fue el
general ( r ) Mario Aguerrondo Montecoral, quién se desempeñó como jefe de esa
unidad cuando fueron desaparecidos allí Carlos Arévalo, Eduardo Bleier, Juan
Manuel Brieba, Julio Correa, Julio Escudero, Fernando Miranda, Otermin Montes de Oca y Elena Quinteros.
Entre noviembre de 1975 y
enero de 1977 unas 500 personas fueron secuestradas, salvajemente torturadas,
muchas mujeres violadas, en ese Batallón conocido como “El infierno grande”,
“300 Carlos” o “La Fábrica”.
El
padre golpista
De extracción nacionalista
y católica, el general Oscar Mario Aguerrondo
se proclamaba herrerista. Fue Jefe de Policía de Montevideo entre 1959 y
1963, En 1964 fue ascendido a general. Fundó la Logia de los Tenientes de
Artigas. Siendo general, comandó la región militar número 1 entre
1966-1967. En esa época, había dos
grandes corrientes ideológicas en las fuerzas armadas uruguayas, una de
izquierda y otra "ultranacionalista". Aguerrondo estaba claramente
alineado con la última.
En las elecciones de 1971
se postuló a la Presidencia de la República por el Herrerismo, acompañado en la
fórmula por Alberto Héber Usher. Presidió el Centro Militar en el período entre
1972 y 1977. También presidió la comisión que dirigió la construcción de la
represa de Palmar.
La logia Tenientes de
Artigas nació el 25 de agosto de 1965,
según dijo a la revista Posdata uno de sus fundadores, Alberto Ballestrino. “Ese día se reunieron el
general Mario Oscar Aguerrondo, el
teniente coronel Luis Vicente Queirolo y yo. Se hicieron a lápiz los
fundamentos de la logia y justamente yo fui el que los pasé a máquina”, agregó
Ballestrino.
Pero aunque no lo menciona, el ideólogo de la
logia Tenientes de Artigas, fue el general Julio Tanco hombre de confianza de
Luis Alberto de Herrera y Jefe de la Casa Militar.
Ballestrino dijo que “a
partir de ese momento se empezó a invitar a los amigos que pensaban igual.
Entonces ingresan Abdón Raymúndez, Amauri Prantl, Esteban Cristi; Eduardo
Zubía. Era la gente más allegada a Aguerrondo.
Él era Jefe de la División
I; yo era Jefe de la Guardia Metropolitana, Queirolo era segundo o tercer Jefe
de Bomberos, el general Eduardo Zubía era Jefe de Bomberos (...) Raymúndez
estaba en la Brigada de Infantería 1. Prantl... era Teniente Coronel también.
Debía estar en el 13 de Infantería, una unidad de nuestro ejército. Es decir
que había una cantidad de gente que tenía mando" . Los futuros generales
Julio César Vadora, Boscán Hontou; Hugo Medina; Julio C. Rapela; Iván Paulós;
Holmes Coitiño también eran miembros de los Tenientes de Artigas, dice
Ballestrino.
Agregó que Aguerrondo
"era esencialmente un militar, un militar un poco distinto a lo que
estábamos acostumbrados. Era un tipo de mentalidad germánica en los aspectos
militares. Aunque él rechazaba, por ejemplo, el concepto de tropas políticas,
propio de las SS... Aguerrondo siempre dijo: nosotros no somos nazis ni
fascistas: somos orientales y nacionalistas doctrinarios"
Las ideas de Aguerrondo
seguían los lineamientos de la Unión Militar Española (UME), integrada por
Francisco Franco, y de una organización peronista contemporánea.
Ballestrino indicó que
"... en todos los Ejércitos se crearon grupos de oficiales de tendencia
nacionalista para enfrentar lo que se temía como una gran subversión, es decir,
un total vuelco de una modalidad histórica de un país... Los oficiales de los
tenientes de Artigas eran fundamentalmente nacionalistas, con un gran
porcentaje de oficiales creyentes en Dios, vamos a decir así... porque había
algunos que no practicaban ir a la Iglesia, pero eran creyentes. Y de origen
político, en su mayoría blancos herreristas, pero también había algunos
colorados”.
Otras fuentes definieron a
"Aguerrondo como un militar
ultranacionalista y anticomunista que ejercía liderazgo sobre parte de la
oficialidad. Su figura había estado asociada desde siempre a los rumores de
golpe de Estado. Dentro y fuera del gobierno, mucha gente dudaba de sus
convicciones democráticas (...)
Era un militar de línea
dura y un hombre inclinado a los pronósticos agoreros. Su prédica tremendista y
su influencia sobre muchos oficiales crearon tensiones inútiles y muchos
problemas al gobierno de la época. Pero nunca parece haber ido más allá de las
palabras. Nada de lo que ocurrió durante la crisis de 1964, ni antes ni después
de ella, le impidió ser candidato a presidente en las elecciones de 1971"
en las que obtuvo 228.569 votos (un 13,7% del total de votos), poco más de la
mitad de los obtenidos por Wilson Ferreira Aldunate (439.649, un 26,4%).
El general Oscar Mario
Aguerrondo falleció el 13 de setiembre de 1977.
Aparte de anticomunista,
la logia se caracterizaba por una dura crítica a la clase política y a su
corrupción, pero también por su posición de enfrentamiento contra los
tupamaros. Todos los miembros deseaban una mayor incidencia en la conducción
política del Estado. El hecho de que Aguerrondo pasase a liderar una parte del
Partido Nacional junto con Alberto Héber Usher (tio del actual ministro de
Interior) luego de consultar a los
miembros de la Logia indica sin embargo que en sus primeras épocas los
Tenientes de Artigas no pensaban en la posibilidad de un golpe de estado”
afirmó Ballestrino.
Sin embargo el 27 de junio
de 1973 lo encabezaron. Nada mejor para ejemplificarlo que una de las más
recordadas fotografías de ese noche en
la que se ve a un grupo de militares ingresando al Palacio Legislativo.
Salvo Gregorio Alvarez,
todos los otros militares de esa foto eran Tenientes de Artigas.
El anticomunismo, el
reconocerse como “militares” y otros asuntos que la historia no ha develado
aún, llevó a los integrantes de la Logia Tenientes de Artigas y a la dirección
del MLN-Tupamaros, a mantener estrechos vínculos por lo menos hasta marzo del
2015 cuando terminó su mandato José Mujica.
Alcanza con recordar el
discurso del entonces Comandante en
Jefe, general Guido Manini Rios integrante de la Logia, en el sepelio del
ministro de Defensa Eleuterio Fernández Huidobro.
El
hijo torturador
La trayectoria del general
Mario Aguerrondo, hijo de Oscar, fue menos visible pero más violenta. Como jefe
del Batallón 13, definido como la cárcel secreta más grande de la dictadura, el
militar torturó en persona a muchísimas de las personas que tenían secuestradas.
Participó en las tareas de desaparición y enterramiento de por lo menos siete
detenidos.
Los cuerpos de Fernando
Miranda y Eduardo Bleier fueron encontrados en las excavaciones realizadas en
esa unidad.
Mario Julio Aguerrondo
Montecoral nació el 8 de octubre de 1938. Ingresó a la Escuela Mlitar el 16 de
marzo de 1955. En 1967 como oficial superior estuvo a cargo del IMES, en el 69
cumplió tareas en la División 1 del Ejército. Entre 1972 y 73 se desempeñó como
subjefe del Batallón 13 y a partir de 1975 y hasta 1978 fue el Jefe. En 1979
pasó como Jefe interino de Inteligencia militar y en 1982 en el ESEDENA
(Escuela de Seguridad Nacional) se retiró en 1990 con el grado de general. Uno
de sus hijos es actualmente Teniente Coronel.
Al regreso de la democracia a partir de 1985, los
Tenientes de Artigas fueron protagonistas de más de una docena de atentados con
bomba, algunas contra el estudio de Julio María Sanguinetti, quién nunca ocultó
sus sospechas, y dos veces contra el dirigente del PVP, Hugo Cores. En ese
tiempo perdieron parte de su poder.
Pero lo recuperaron cuando
asumió Luis Lacalle Herrera, porque el presidente no respetó el orden de
“derechas” para el nombramiento de las jerarquías militares.
El general Aguerrondo,
hijo del fundador de la logia y jefe de la Inteligencia militar, ordenó colocar
micrófonos en el despacho del general Fernán Amado. Estalló una crisis interna,
que se saldó con la renuncia al cargo de Agregado Militar en la embajada
uruguaya en EE.UU adónde recién había sido nombrado.
La crisis se llevó al
entonces Comandante en Jefe del Ejército, general Juan Rebollo y también al
ministro de Defensa, Mariano Brito. Comenzó un tiempo de persecución a
militares colorados entre ellos los generales Fernan Amado, Raúl Mermot y Juan
Curuchet.
Los atentados con bombas
llevaban las pistas de la Policía siempre al mismo lugar: la sede de la
compañía de Contrainformación del Ejército ubicada entonces en la calle Dante.
Pero recibían una orden: no avanzar.
Una circunstancia concreta
llevó a los Tenientes de Artigas a recurrir a los Tupamaros. La relación con
Lacalle (padre) eran cada vez peores. Entonces hubo una reunión de legisladores blancos con el ministro del
Interior, Angel María Gianola, donde se habló de la intención del gobierno para
transformar al Ejército en una Guardia Nacional, proyecto que alentaba el
Departamento de Estado para los países más pequeños de América del Sur.
Miembros de la Logia
obtuvieron una grabación de esa reunión y se la entregaron al MLN quién la
publicó entera en el semanario Tupamaros.
Al comienzo de su segunda
presidencia Sanguinetti, tuvo que
enfrentar otra crisis que se resolvió una madrugada del sábado aceptando la
renuncia del Comandante en Jefe, Raúl Mermot.
La crisis se originó tras
la decisión presidencial de rehabilitar a 41 oficiales que fueron habían sido
sancionados por razones políticas durante la dictadura.
Mermot manifestó su
desacuerdo con la decisión de Sanguinetti y anunció su retiro anticipado. Tras
una larga reunión con el militar, Sanguinetti aceptó su renuncia y nombró nuevo
jefe militar al general Néstor Bertrin, quien se desempeñó interinamente hasta
que poco después se nombró a Fernán Amado.
Fue entonces cuando se
descubrió una operación interna contra Amado. Militares vinculados a
Inteligencia y relacionados con Aguerrondo (hijo) y los Tenientes de Artigas
habían instalado micrófonos en una oficina privada que el Comandante en Jefe
del Ejército tenía en la Galería Caubarrere.
En el 2017 el general (r )
Raúl Mermot fue denunciado ante la justicia
por “apología del delito” y fiscalía solicitó dos años de prisión. En un
discurso pronunciado “el Día de los Caídos”, el militar había justificado la
tortura pero la jueza Blanca Riero lo absolvió.
La logia recién volvió a
recuperar poder con el acceso de la izquierda a la presidencia cuando se
convirtieron en “referentes” para la política hacia las FF.AA. y algunos de sus
integrantes llegaron a ser secretarios y asesores del ministro de Defensa,
Eleuterio Fernández Huidobro.
En febrero del 2015, antes
de abandonar su cargo, el presidente José Mujica nombró a uno de los más
importantes integrante de los “Tenientes” como Comandante en Jefe del Ejército.
De ahí hasta hoy la historia de Guido Manini Ríos es por todos conocida.
Involucrados
en varios atentados
La Logia Tenientes de
Artigas estuvo involucrada en varios atentados con bomba, entre ellos: el
estudio Jurídico de Julio María Sanguinetti y Edison Rijo, dos veces contra
Hugo Cores, comités de base del FA y el empresario Walter Zeinal entre otros.
Pero además tuvieron un
papel protagónico en el secuestro y asesinato del químico chileno Eugenio
Berrios. Mario Aguerrondo supo desde el principio, protegió a los coroneles
Tomas Casella y Eduardo Radaelli y colaboró para fraguar la coartada de la foto
con el diario del día, junto a una carta de Berríos, con la que se pretendió
probar que el agente chileno estaba en Italia. En realidad quién estaba en ese
país, justo en ese momento, era Aguerrondo quién acompañaba a Lacalle en una
gira europea.
Fueron los Tenientes de
Artigas quienes desde Inteligencia militar organizaron una red de espionaje
sobre políticos, civiles, sindicatos y organizaciones barriales, que comenzó a
funcionar apenas recuperada la democracia y duró por lo menos hasta el 2002,
según lo probaron los denominados “archivos Berrutti”.
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