Cero credibilidad
Cuando el periodista Leonardo Haberkorn divulgó públicamente las actas del Tribunal de Honor que juzgó la conducta del teniente coronel en situación de reforma José Nino Gavazzo y de Jorge “Pajarito” Silveira hirió de muerte la potencial candidatura presidencial del general Guido Manini Ríos. Cuestionó públicamente su credibilidad. Mostró un lobo con piel de cordero: sabía la verdad de los crímenes cometidos y aboga por la impunidad, solapadamente.
Mintió a sabiendas de que lo estaba haciendo
Será la justicia la que determinará la sanción que le corresponda por no haber dado cumplimiento a las disposiciones legales de informar como comandante en jefe acerca de las declaraciones de los imputados durante el transcurso del Tribunal de Honor como correspondía. Ha quedado demostrado. En el expediente no consta que haya informado a sus superiores como estaba obligado. Ahora responsabiliza por la omisión de sus obligaciones al fallecido ministro Dr. Jorge Menéndez que no puede negar sus dichos.
Se hizo eco del argumento de los criminales
Al presentar su informe al Poder Ejecutivo con los resultados de los Tribunales de Honor, el general retirado Guido Manini Ríos, preparando el lanzamiento de su futura candidatura presidencial, emitió durísimas apreciaciones contra el Poder Judicial. Por violentar las disposiciones legales que impiden que los militares en actividad emitan declaraciones políticas, fue destituido como Comandante en Jefe.
Cuestionó la actuación judicial en los casos referidos a los criminales del terrorismo de Estado. Expresó que eran actos de venganza sin sustento en evidencias o en pruebas. Repitió los mismos conceptos que en reiteradas ocasiones los condenados y los jerarcas del Centro Militar han enunciado. Lo hacen con el propósito de victimizarse ante sus familiares, la oficialidad en actividad y la opinión pública.
La difusión pública de las actas de los Tribunales de Honor dejó en evidencia que el General Guido Manini Ríos estaba faltando burdamente a la verdad. En el tribunal, tanto José Nino Gavazzo como Jorge “Pajarito” Silveira reconocieron que las torturas, los asesinatos y las desapariciones fueron parte de la metodología represiva sistemática del terrorismo estatal.
José Nino Gavazzo reconoció haber intentado desaparecer el cuerpo de Roberto Gomensoro Josman, en marzo de 1973, durante el gobierno del dictador Juan María Bordaberrry. Luego de asesinarlo, arrojó su cadáver en el lago de la Represa del Rincón del Bonete. Roberto Gomensoro Josman fue el primer detenido desaparecido por las Fuerzas Armadas desde que el 15 de abril de 1972 se desencadenara la brutal represión alentada por la Declaración del Estado de Guerra interno. Su secuestro, asesinato y desaparición ocurrió varios meses antes de la disolución de las Cámaras.
Guido Manini Ríos atacó al Poder Judicial a sabiendas de que estaba faltando a la verdad.
La Ley de Caducidad y el Poder Judicial
Ningún informe periodístico o nota sobre el pasado reciente que ignore la vigencia de la Ley de Caducidad durante 20 años es serio. Ningún estudio de lo sucedido durante el terrorismo de Estado que no mencione la Ley 15 848 o haga referencia a la Caducidad de la pretensión punitiva del Estado, es válido o relevante. Es muy difícil encontrar una ley tan inconstitucional como ella.
Aprobada durante el primer gobierno del Dr. Julio María Sanguinetti, defendida a ultranza hasta el día de hoy por el Partido Colorado, una parte importante del Partido Nacional y los principales medios de prensa matutinos, la mencionada norma sometió al Poder Judicial a la voluntad del Poder Ejecutivo de turno para investigar las desapariciones y los crímenes de Lesa Humanidad. Fue el gran obstáculo legal para avanzar en la investigación y el esclarecimiento de las graves violaciones a los DDHH, muy especialmente, en lo referido a los Detenidos Desaparecidos.
Manini Ríos estaba al tanto
Aunque acusó públicamente al Presidente de ser un canalla cuando destituyó a los generales que integraron los Tribunales de Honor, gracias a la divulgación de las actas, ha quedado en evidencia que el general retirado Guido Manini Ríos actuó de una manera perversa y politiquera. Sabía que José Nino Gavazzo y Jorge “Pajarito” Silveira habían sido procesados y condenados, perfectamente, por el Poder Judicial con todas las garantías del debido proceso. Ellos mismos reconocieron haberlos cometido ante los generales que los juzgaban.
La democracia mediante la cual el general Guido Manini Ríos aspira a ser presidente es una conquista del pueblo uruguayo que derrotó al terrorismo de Estado y al proyecto político de las Fuerzas Armadas, diciendo NO, en el plebiscito de 1980. Una democracia sólida demanda un poder judicial investigando los crímenes del pasado.
El esclarecimiento de lo ocurrido con los Detenidos Desaparecidos, encontrar sus restos es una herida abierta de la sociedad uruguaya. Desde octubre del año 2011 no existen obstáculos legales para que los jueces investiguen. Ahora también la Institución Nacional de DDHH y Defensoría del Pueblo (INDDHH) podrá hacerlo.
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Opinando N° 18 – Año 8 – Miércoles 25 de setiembre de 2019