Cuestionamientos
a la Justicia de Manini Ríos reflejan
que el Ejército no ha procesado un
“verdadero saneamiento”
tras crímenes de la dictadura, coinciden historiadores
La Diaria - 16 de marzo de
2019
| Escribe: Mariana Cianelli en Política | Foto: Andrés Cuenca
El presidente Tabaré Vázquez y el ex comandante en jefe del Ejército Guido Manini Ríos en la celebración del 206 aniversario del Ejército (archivo, 2017). |
El ex comandante en Jefe
definirá en los próximos días si acepta la candidatura a la presidencia por
Cabildo Abierto.
Luego de una sanción y
varias advertencias, el martes el presidente Tabaré Vázquez aprovechó una
reunión solicitada por el comandante en jefe del Ejército, Guido Manini Ríos,
para comunicarle que había decidido removerlo del cargo. Los duros cuestionamientos
a la Justicia, incluidos en la nota enviada al Poder Ejecutivo sobre los fallos
del Tribunal Especial de Honor en torno a la conducta de los represores Luis
Maurente, Jorge Silveira y José Nino Gavazzo, condenados por múltiples
violaciones a los derechos humanos en el marco del terrorismo de Estado, llevó
al gobierno a cesarlo de funciones y disponer su pase a retiro.
El ex
comandante en jefe afirmó en la nota que en el Ejército existe la convicción de
que se “aplicó una suerte de derecho para el enemigo” a los uniformados, que
los militares muchas veces son considerados culpables antes de ser juzgados,
sin las “garantías del debido proceso”, condenados con pruebas “fraguadas o
inventadas”. “No ha habido juicios imparciales” a los uniformados, aseveró.
Ya destituido, con el
uniforme militar puesto, el ex comandante en jefe usó la cuenta institucional
del Ejército en Youtube para dar un mensaje de despedida a la fuerza militar.
En el video, Manini Ríos volvió a explicitar su parecer sobre la Justicia y
dijo que “nunca” justificó situaciones que pudieran ser “deshonrosas” para la
institución, pero reiteró que en muchas oportunidades la Justicia “actuó sin
pruebas” y “sin respetar los principios elementales del derecho”.
También se
refirió al clima de “reciente deterioro en la relación con el mando superior” y
tildó de “inédita” la sanción de 30 días de arresto a rigor que se le aplicó
por sus apreciaciones en contra de la reforma de la Caja Militar y las críticas
al ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro.
Luego habló de su
intención de incursionar en la política partidaria y resaltó que si entendiera
que la “trinchera política” es la “única” que le permite “lograr para la
institución militar y para los más frágiles la justicia que no he podido lograr
desde otros puestos de lucha”, está plenamente dispuesto a recorrer ese camino.
Manini Ríos sostuvo que ha “tratado sacar adelante al Ejército” y, en esa
supuesta tarea, ha enfrentado “la incomprensión de muchos”, las “falsedades de
burócratas incapaces de ver la realidad”, que están “ enceguecidos en su
soberbia o atrapados en sus prejuicios ideológicos”.
El Ministerio de Defensa
Nacional bajó el video de la página institucional del Ejército y, según dijeron
fuentes de la cartera a la diaria, van a “evaluar” la situación. Si bien se
dispuso su pase a retiro, según indicaron las fuentes, el Poder Ejecutivo tiene
la potestad de sancionarlo durante cuatro años luego del cese de su actividad.
Un
debate pendiente
Hoy, el Plenario Nacional
del Frente Amplio discutirá sobre una posible “racionalización” de las Fuerzas
Armadas en un eventual período de gobierno, informó el viernes El País. Los
temas vinculados con la defensa quedaron en el tintero en el último Congreso de
la fuerza política y serán retomados en el marco del plenario. El oficialismo
discutirá sobre la posibilidad de reducir paulatinamente la estructura
piramidal de las fuerzas.
El partido Cabildo
Abierto, recientemente inscripto en la Corte Electoral, hace tiempo viene
coqueteando con la idea de catapultar a Manini Ríos a la política partidaria.
El partido, cuyo sublema es Movimiento Social Artiguista (MSA), improvisó
rápidamente una conferencia de prensa en el hotel Ibis Montevideo para anunciar
que le propondrá al ex comandante en jefe que sea el precandidato presidencial
del lema.
El escribano Guillermo Domenech, presidente del partido, fue el que
habló durante toda la conferencia de prensa y dejó en claro cuáles son las
referencias que motivan al lema. Cabildo Abierto se inspira en el “ideario
artiguista” y busca restablecer la “confianza” entre los ciudadanos y sus
representantes.
Domenech dijo que el partido no se iba a encasillar ni en la
izquierda ni en derecha y reiteró que los lineamientos básicos del partido
están “en la doctrina artiguista”. “Que los más infelices sean los más
privilegiados”, dijo Domenech, y añadió: “Eso fue lo que pretendió Guido Manini
Ríos en su ejecutoría como comandante en jefe del Ejército; se preocupó por la
tropa, no por los oficiales, y hoy el país necesita de eso... Cuando usted
camina por las calles de Montevideo y ve gente tirada debajo de los antepechos
de las ventanas, hay un llamado a la responsabilidad de todos los orientales
para que eso no siga sucediendo”.
Ayer Domenech contó a la
diaria que Manini Ríos le dijo que se tomará “unos días” para analizar la
propuesta. “Nosotros seguimos pensando que va a aceptar [ser precandidato]”,
acotó Domenech, y agregó que le parece “razonable” que se tome unos días para
pensarlo.
Las
derechas
No sólo el partido Cabildo
Abierto ve con buenos ojos la precandidatura de Manini Ríos: el movimiento
Unidos Podemos, integrado mayoritariamente por militares retirados, que surgió
a fines de 2017, también valoró como positivo que el ex comandante en jefe
incursione en la política.
Así lo dejó entrever el coronel retirado Héctor
Rovira, integrante del movimiento, en diálogo con Radio Uruguay, el 16 de
enero: “Ellos postulan la figura del comandante en jefe del Ejército a futuro y
nosotros lo vemos como muy positivo”, porque es un “hombre que evidentemente ha
marcado un hito” en el Ejército y que se puede pensar como “un candidato muy
importante”, afirmó. También consideró que el partido Cabildo Abierto, por ese
entonces llamado MSA, nació con los “mismos principios” que ellos y dijo que tiene
muchas personas conocidas en sus filas.
La historiadora Magdalena
Broquetas habló con la diaria sobre el campo de las derechas en Uruguay. En
nuestro país, dijo, las facciones partidarias de derecha siempre han tenido un
peso importante, y pueden reconocerse en el plano social. En particular, las
facciones de derecha pueden encontrarse presentes a nivel latinoamericano y
mundial en dos grandes instituciones: la iglesia católica y las Fuerzas Armadas
(FFAA). “En el caso uruguayo son dos actores sociales con una fuerza relativa
pero nada despreciable”, advirtió. Si bien el Ejército tiene en su constitución
orgánica la imposibilidad de hacer política, Broquetas explicó que en realidad
siempre que la corporación militar se ha sentido amenazada se ha manifestado,
ya fuera a nivel interno o acercándose a sectores de las derechas de los
partidos.
Es posible encontrar en el
discurso de estos movimientos militares la idea “salvacionista”, explicó
Broquetas, y añadió: “Es esa idea de que el último reducto de la nación es, en
definitiva, el Ejército, y que como son los verdaderos depositarios del
sentimiento nacional, si tienen que salir, van a salir. Ahí aparecen los
discursos muy poco democráticos”.
“Es
muy grave”
El fiscal de Corte, Jorge
Díaz, se comunicó el jueves con la presidenta de la Suprema Corte de Justicia,
María Elena Martínez, para conversar sobre las implicancias de los dichos de
Manini Ríos, informó Subrayado. El fiscal expresó que solicitó una copia
auténtica de la nota elevada por el ex comandante en jefe al Poder Ejecutivo
para poder verla “en su totalidad”, porque parecen ser “muy preocupantes”. “Lo
que dice la resolución del Poder Ejecutivo es que Manini habría dicho que un
militar citado por la Justicia no tiene las garantías del debido proceso” y es
condenado por pruebas “fraguadas” o “inventadas”. El fiscal se mostró muy
“preocupado” por este tipo de cuestionamientos y manifestó que, en principio,
es “muy grave” lo que afirmó.
En La trama autoritaria:
derechas y violencia en Uruguay (1958-1966), la historiadora muestra que las
facciones militares han tenido una incidencia notoria en la política durante
todo el siglo XX. Allí pone el foco, entre otras cosas, en el surgimiento de la
Legión Artiguista, fundada en 1961, y la forma en que los militares trascienden
sus funciones en el marco de esta organización. Broquetas sostiene en el libro
que si bien esta organización “compartía varios de los postulados y modos de
acción de la derecha conservadora”, “presentó diferencias significativas que la
alejaban de sus contemporáneos demócratas”.
La organización, cuenta la
autora en el libro, reivindicaba la “dimensión militar del artiguismo” y
colocaba al comunismo en la antípodas del “ideario y la lucha de Artigas”. “La
promoción de un artiguismo activo fue una de las piedras angulares de la acción
de este movimiento”, escribió. La Legión Artiguista puede ser considerada un
antecedente de la Logia Tenientes de Artigas. Surgida el 25 de agosto de 1965,
esta logia contó en sus filas con militares de “perfil nacionalista”, narra en
el libro Broquetas, y añade que la organización, considerada “artiguista,
nacionalista y antibatllista” tuvo un rol “decisivo” en la “concreción del
golpe militar de 1973”.
La reivindicación de la
figura de Artigas por estos grupos militares no es casual. Broquetas sostiene
que es una “figura en disputa” y, por lo tanto, está “vaciada de contenido”.
“La reivindicación militar de Artigas es de un Artigas que antecede a los
partidos, y que es militar”, agregó Broquetas en diálogo con la diaria.
Los
movimientos de militares, añadió, recortan la dimensión social del proyecto
artiguista y reivindican su condición militar. “Lo sumamente llamativo es que
trascienden su función militar y salen como portavoces de la salvación nacional
y eso cataliza un tipo de nacionalismo, que tiene toda una tradición en
Uruguay, que es un nacionalismo de derecha, en el que el Ejército se posiciona
en un lugar salvacionista y hace una lectura muy sesgada y muy particular del
artiguismo, que tiene puntos de contacto con otros sectores de la derecha, pero
que es muy propia”. “Si hay crisis, como dice Manini Ríos, el Ejército tendría
un papel que jugar. Ese es un discurso muy subversivo”.
Producto
de la impunidad
Desde que asumió su cargo
como comandante en jefe, Manini Ríos cruzó varias veces la frontera de lo
permitido. El historiador Aldo Marchesi destacó que si bien históricamente ha
habido algunos episodios de desacato, lo de Manini Ríos configuraría una
“crónica de una destitución anunciada”, porque las actitudes han sido
explicitadas a lo largo del tiempo. Para Marchesi, es bastante claro que
nuevamente lo que sucede en Brasil tiene un impacto en la política de nuestro
país. Así como el golpe brasileño de 1964 tuvo consecuencias dentro de la
esfera militar uruguaya, en los últimos años la relación entre el Ejército
brasilero y Manini Ríos ha sido bastante cercana.
Marchesi rescató una
característica común entre los ejércitos brasileño y el uruguayo: “Son los
ejércitos que en alguna medida resultaron menos afectados por los proceso de la
justicia transicional en la región”. Tanto en el caso argentino como en el
chileno existieron pedidos de disculpas y quiebres generacionales, explicó. Sin
embargo, el Ejército brasileño siguió reivindicando “internamente la dictadura
como una experiencia legítima”, acotó, y añadió que en el caso uruguayo no
parece haber existido “quiebre o ruptura” respecto del legado dictatorial.
Broquetas compartió esa
lectura y se refirió a una transición “trunca” que atraviesa a las FFAA
uruguayas en la actualidad. “No ha habido un verdadero saneamiento del
Ejército”, acotó, y recordó que la gota que desbordó el vaso fue el
cuestionamiento de Manini Ríos a la Justicia ordinaria. En particular,
cuestionó las condenas a los represores Gavazzo, Maurente y Silveira. “Entonces
es un Ejército que no sólo no ha atravesado procesos acabados, limpios,
profundos de Justicia sino que sigue teniendo espacios para decir en voz alta
que lo que hicieron está bien y que la Justicia no tiene ningún derecho a
entrometerse”, agregó.
Viejas
mañas
Varios integrantes de la
familia del ex comandante en jefe se encuentran ultimando detalles para
relanzar el periódico La Mañana, fundado en 1916 por el abuelo del ex jerarca
militar, Pedro Manini Ríos, informó el jueves el semanario Búsqueda. Los
impulsores de la iniciativa son Hugo Manini, hermano del ex comandante en jefe,
productor arrocero, que integró la Juventud Uruguaya de Pie (JUP), en 1970, y
su hija Manuela Manini; Alberto Manini y el periodista y secretario del partido
Cabildo Abierto, Marcos Methol.
La historiadora Magdalena
Broquetas explicó que La Mañana fue uno de los diarios de la derecha colorada
del siglo XX. “Representa históricamente la posición y la voz del riverismo,
que es la primera escisión a la derecha del batllismo, en 1913”, explicó, y
continuó relatando el papel que desempeñó a lo largo de la historia: “La Mañana
en los años 20 representa a los sectores contrarios al batllismo; en los años
30 apoya la dictadura de Terra; representa a los sectores patronales y
empresariales. En los años 40 y 50 se posiciona como un diario muy
anticomunista. En los 60 y 70 se vuelve el diario oficialista, que va a ser un
puntal del anticomunismo”, expresó. La Mañana fue un diario antiizquierdista,
que tuvo un papel clave en la construcción del “enemigo interno y, por
supuesto, en la justificación del golpe de Estado”, explicó Broquetas.
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