Falta de información
militar dificulta búsqueda de restos de desaparecidos, sostiene antropóloga del
GIAF.
La diaria - 4 9 14 - Por Lourdes Rodríguez
Alicia
Lusiardo será la nueva cara visible del Grupo de Investigación en Antropología
Forense (GIAF), cuya coordinación estaba a cargo de José López Mazz hasta su
renuncia. Se incorporó al GIAF en 2007 como especialista en el análisis de
restos óseos.
Es antropóloga egresada de la Universidad de la República, de la
que es docente, y se formó como forense en la estadounidense Universidad de
Florida, ya que no existe en América Latina esta posibilidad.
Presidió la
Asociación Latinoamericana de Antropología Forense y en la actualidad integra
el Comité de Certificación de esa organización, que otorga a los antropólogos
forenses latinoamericanos un aval de cumplimiento de estándares mínimos dentro
de la disciplina.
Es experta en mecanismos de respuesta rápida de la Justicia
para la identificación, preservación y reporte de información relacionada con
genocidios, crímenes de guerra y de lesa humanidad. Ejerce como perito forense
en tres estados de México y ha participado en la exhumación de los restos de
João Goulart en Brasil y, en Uruguay, en la localización y análisis de los
restos de Timoteo Aparicio.
¿Es la nueva
coordinadora del GIAF?
-No. El equipo, ante la noticia del alejamiento de López Mazz,
tuvo varias reuniones y decidió que no queríamos tener un nuevo coordinador.
López Mazz cumplió esa función en un momento en que el equipo estaba
formándose. Ahora decidimos cambiar un poco la forma de trabajo. Tenemos una
persona elegida para ser un referente, un nexo permanente con la Justicia y la
Secretaría [de Derechos Humanos para el Pasado Reciente de Presidencia], y esa
persona soy yo. Queremos que esto sea el GIAF y no un “equipo de” o un “equipo
coordinado por”.
¿Qué opinión
tiene de la salida de López Mazz?
-No queremos hablar de lo que motivó su salida; él ya ha
hablado. Pero me gustaría decir que no se ha vivido con el dramatismo que
algunos medios de prensa le han colocado. Éste es el mismo equipo, no dejó de
trabajar ni un solo día. Es un equipo que está maduro y consolidado. Perdimos a
un gestor, a una persona muy mediática, a alguien que conformó a este equipo.
¿Cómo está
conformado ese equipo y cuál es su rol?
-Somos diez. La antropología tiene varias ramas; la arqueológica
tiene que ver con búsqueda de material. Dentro del equipo hay un componente muy
fuerte de arqueólogos que han ido incorporando el tema porque ninguno tenía
formación en este tema -López Mazz tampoco-. Todos hicimos camino al andar,
adaptando todas las técnicas arqueológicas clásicas a un contexto legal y
forense. Eso se cubrió bien, pero faltaba la parte de análisis de restos óseos
[su especialidad] porque, ¿qué pasaba ante la aparición de restos? Los de
Ubagesner [Chaves Sosa] y [Fernando] Miranda pasaron directo al Poder Judicial.
Ya en los casos de [Julio] Castro y [Ricardo] Blanco hicimos nosotros el
análisis.
¿Cómo es una
jornada de trabajo del GIAF?
-Los que venimos al laboratorio tenemos distintas tareas:
llamamos a testigos, organizamos la información, revisamos mapas o podemos
tener una pericia para realizar. La otra parte va directo al Batallón 13 [lugar
actual de excavación] a las 8.00 y allí comienzan las tareas pautadas hasta las
16.00: continuar con una trinchera, hacer tareas de grillado, una prospección.
Sólo excavamos en el marco de la causa de María Claudia [García de Gelman]. Los
testimonios indican que está enterrada en predios donde también hay otras
personas, pero la estamos buscando a ella.
¿El traslado de
las excavaciones del Batallón 14 al Servicio Material de Armamento dentro del
Batallón 13 significa un avance en la búsqueda?
-No encontrarla se puede ver como una búsqueda en vano, pero el
no hallazgo va delimitando testimonios. Al intervenir se puede decir: “Aquí no
hubo una persona enterrada, estos testimonios no son válidos”. Avance sería
encontrar a María Claudia. El mayor problema es la calidad de la información.
Tenemos un montón de testimonios, pero hasta ahora han probado ser inexactos y
los predios son muy grandes. Necesitamos una estrategia o un compromiso de
esferas más altas del Estado para conseguir esa información.
¿La
investigación puede suplantar la falta de información?
-Lo hemos hablado mucho. Esto no va a ser eterno. Si no llegara
más información y tuviéramos que trabajar con lo que tenemos, va a llegar un
punto, no muy lejano en el tiempo para lo que es la causa de María Claudia, en
el que vamos a tener que suspender la búsqueda. No se puede inventar el
trabajo. Si no llegara más información, esto es una historia a muy corto plazo.
¿Sí o sí tienen
que hablar los militares?
-Sin duda. Ésas son las problemáticas que tenemos en Uruguay.
Las desapariciones son dentro de predios militares.Tiene que dar el paso al
frente alguien que haya visto o participado colateralmente en esa situación.
¿Con qué
hipótesis trabaja el GIAF?
-Los testimonios son los que posibilitan armar una hipótesis.
Una es la existencia de la Operación Zanahoria. Muchos que hacen alusión a
desenterramientos de cuerpos. Se trabajó en eso y en ningún caso hemos
encontrado evidencia clara y científica que pruebe que tuvo lugar. No se puede
hacer una remoción perfecta sin que quede ningún vestigio de vestimenta, ni de
cal -que es el patrón que tenemos- ni de alguno de los 206 huesos que tiene un
esqueleto. Tendrían que haber sido operaciones militares con técnicas
arqueológicas a la perfección; no es posible.
¿Cómo se explica
la aparición de fragmentos óseos en el Batallón 14?
-En el 90% logramos determinar que son animales. Para los que
están en un estado de mucho deterioro y han perdido ya las características
morfológicas claras hay que aplicar otro tipo de técnicas. Hemos mandado a
distintos laboratorios [de Argentina y Estados Unidos] y esos resultados aún
los estamos esperando.
¿Y los dos
restos parciales que menciona López Mazz?
-Por un lado hace referencia al radio que apareció en 2006 en la
trinchera número 12 [del Batallón 13]. Se estableció que era humano, se mandó a
tres laboratorios diferentes, y no se pudo extraer el ADN. Aparece en un
contexto de relleno, junto con losas provenientes de una calle. Que aparezca un
resto humano en el batallón en este contexto no es inmediatamente igual a que
se trata de un desaparecido. Después hay un fragmento de peroné que es de la
misma trinchera en la que aparece el radio y que se mandó a estudiar ahora
porque recién el año pasado se identificó como humano.
¿Habría fosas
comunes?
-Hay testimonios de que en algunos sitios hay una equis cantidad
de cuerpos y hay investigación histórica que habla de traslado de personas. Si
nos basamos en lo que encontramos y otras evidencias de campo no podemos
confirmar ni la Operación Zanahoria, ni fosas comunes, ni ejecuciones masivas,
y mucho menos la inminencia de otro hallazgo.
¿Cuál es el plan
de trabajo?
-Tenemos contrato hasta octubre. Nos reunimos con la secretaría
para manifestarle nuestra voluntad de seguir y la preocupación por la
culminación. Demostró interés en continuar y en hacer los esfuerzos para la
renovación, que iría hasta febrero, que sería el fin del mandato de José
Mujica. La renovación depende del próximo gobierno.
¿Ha sido útil el
equipo especial que hace un año designó el Ministerio del Interior como
auxiliar de la Justicia para crímenes cometidos en dictadura?
-Nos llamaron en una oportunidad para asesorar en el marco de
una investigación. Ése fue el único contacto. Hemos planteado a la secretaría
la necesidad de vincularnos más con ellos, de desarrollar un área de tipo
criminalista que no es la nuestra.
¿Cómo es su
vínculo con Familiares de Detenidos-Desaparecidos?
-Para alegría del equipo, cuando se dio la noticia de la
renuncia de López Mazz, la primera organización que nos llamó fue Familiares.
Pidió una reunión a todo el equipo, manifestaron su apoyo y su total confianza
en lo técnico y en lo humano. A partir de entonces hemos empezado a tener
reuniones periódicas con ellos. Creemos que pueden jugar un rol más activo del
que han tenido hasta ahora. Antes no teníamos la posibilidad de vincularnos con
ellos tan libremente como ahora.
*Para
aportar información, con reserva, al GIAF: 24032026 y 098814004 o
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