Ultimas Noticias. 21 11 11
-¿Ha tenido o va a tener contacto con los militares extraditados en Chile por el caso Berríos?
-Cuando me hice cargo dije que les hablaba a todos los militares. Cuando digo a todos, en actividad o retiro, los incluyo a todos. Chile, Congo, Haití, Domingo Arena. Son todos. Todos tienen que conocer a su comandante y este debe conocer sus necesidades. Soy el jefe y como tal soy responsable por ellos y por su familia. Así voy a actuar.
-¿Va a ir a verlos?
-Voy a ver a todos cuando pueda y voy a recibirlos a todos cuando pueda. Ya he recibido gente en mi despacho que tiene problemas civiles con los militares porque tenemos que lograr el consenso. ¿Cómo logro el consenso sin saber dónde estoy sentado? Los escucho a todos, medito y tomo las decisiones que considero.
-¿Se reunió con los que están presos en Domingo Arena?
-No.
-¿Lo va a hacer?
-Posiblemente. Ya me reuní con algunos de sus familiares.
-¿Y con familiares de desaparecidos?
-Me reuní con algunos. No con la organización sino con algunos. Los temas de los desaparecidos y la historia reciente son muy sensibles. Me llegan mucho. Son muy importantes, no solo para el país sino para las familias. Estoy trabajando y voy a trabajar muchísimo pero voy a decirlo todo cuando se termine para no perder el silencio del trabajo. Pero lo que pueda hacer con este tema será uno de los aspectos fundamentales de mi pasaje por acá.
-¿Cree poder conseguir más información?
-Confíe en mí. Deme algunos meses.
-Su padre estuvo preso por oponerse a la dictadura pero usted eligió seguir sus estudios militares en la misma época. ¿Por qué?
-Las Fuerzas Armadas son una institución que tiene sus reglamentos y sus códigos. Es una institución del país. Las circunstancias de la historia cambian. Los actores toman decisiones que consideran correctas y son respetables todas. Cuando se equivocan, pagan por las decisiones y a veces, sin equivocarse, también pagan. Hablo desde 1904 y de diferendos del siglo XIX.
Quiero esta profesión, que me ha dado muchas satisfacciones. Permite trabajar con el elemento humano. La circunstancia de hace 40 años mi padre la vivió de una manera, yo de otra, mi madre y mis hermanos de forma diferente. Pero no por algún hecho puntual yo voy a dejar de creer en una institución noble como las Fuerzas Armadas.
-En una entrevista realizada por Búsqueda la semana pasada usted decía que nunca recibió una orden de hacer algo contra sus valores. ¿Era posible vivir al margen de lo que pasaba?
-Nunca recibí ni di una orden de dañar a nadie. La inmensa mayoría del Ejército no estaba al tanto. Con generales con los que hablamos, coincidimos en que hay hechos de los que nos enteramos ahora. El Ejército no trabajaba para desaparecer gente. No me entra en la cabeza.
-¿Qué se necesita para alcanzar la reconciliación? ¿Alcanza con pedir perdón?
-El perdón es divino. No es con pedidos de perdón que se soluciona el pasado reciente. Las situaciones se arreglan con el decir qué pasó, por qué pasó. Las dos partes pensaban que tenían la razón. Habrá que buscar la línea equidistante y ver cómo se puede hacer para limar los puntos que nos separan. Yo supongo que en un enfrentamiento hay errores de ambas partes. No soy juez, soy militar. Desde mi lado voy a tratar de limar todas las puntas para intentar acercar a los que han sufrido.
Muertos hubo en ambos lados, no desaparecidos, pero es un tema muy doloroso. Yo voy a tratar de limar las distancias con la mano extendida.
-¿Los retirados deberían hacerse cargo en lo personal de lo ocurrido o deben asumir las Fuerzas Armadas?
-Aquí hubo una convocatoria del Parlamento. Tuvo un principio y un fin. Pero en lugar de tener el fin legal, continuó. Entonces, acá hay muchos actores. No es solamente el Ejército. También estuvo el factor político y no voy a entrarle al factor político porque quiero estar un tiempito acá, pero acá no es solo el Ejército el que actuó. Y lo dejamos por acá si le parece.
-Cuando me hice cargo dije que les hablaba a todos los militares. Cuando digo a todos, en actividad o retiro, los incluyo a todos. Chile, Congo, Haití, Domingo Arena. Son todos. Todos tienen que conocer a su comandante y este debe conocer sus necesidades. Soy el jefe y como tal soy responsable por ellos y por su familia. Así voy a actuar.
-¿Va a ir a verlos?
-Voy a ver a todos cuando pueda y voy a recibirlos a todos cuando pueda. Ya he recibido gente en mi despacho que tiene problemas civiles con los militares porque tenemos que lograr el consenso. ¿Cómo logro el consenso sin saber dónde estoy sentado? Los escucho a todos, medito y tomo las decisiones que considero.
-¿Se reunió con los que están presos en Domingo Arena?
-No.
-¿Lo va a hacer?
-Posiblemente. Ya me reuní con algunos de sus familiares.
-¿Y con familiares de desaparecidos?
-Me reuní con algunos. No con la organización sino con algunos. Los temas de los desaparecidos y la historia reciente son muy sensibles. Me llegan mucho. Son muy importantes, no solo para el país sino para las familias. Estoy trabajando y voy a trabajar muchísimo pero voy a decirlo todo cuando se termine para no perder el silencio del trabajo. Pero lo que pueda hacer con este tema será uno de los aspectos fundamentales de mi pasaje por acá.
-¿Cree poder conseguir más información?
-Confíe en mí. Deme algunos meses.
-Su padre estuvo preso por oponerse a la dictadura pero usted eligió seguir sus estudios militares en la misma época. ¿Por qué?
-Las Fuerzas Armadas son una institución que tiene sus reglamentos y sus códigos. Es una institución del país. Las circunstancias de la historia cambian. Los actores toman decisiones que consideran correctas y son respetables todas. Cuando se equivocan, pagan por las decisiones y a veces, sin equivocarse, también pagan. Hablo desde 1904 y de diferendos del siglo XIX.
Quiero esta profesión, que me ha dado muchas satisfacciones. Permite trabajar con el elemento humano. La circunstancia de hace 40 años mi padre la vivió de una manera, yo de otra, mi madre y mis hermanos de forma diferente. Pero no por algún hecho puntual yo voy a dejar de creer en una institución noble como las Fuerzas Armadas.
-En una entrevista realizada por Búsqueda la semana pasada usted decía que nunca recibió una orden de hacer algo contra sus valores. ¿Era posible vivir al margen de lo que pasaba?
-Nunca recibí ni di una orden de dañar a nadie. La inmensa mayoría del Ejército no estaba al tanto. Con generales con los que hablamos, coincidimos en que hay hechos de los que nos enteramos ahora. El Ejército no trabajaba para desaparecer gente. No me entra en la cabeza.
-¿Qué se necesita para alcanzar la reconciliación? ¿Alcanza con pedir perdón?
-El perdón es divino. No es con pedidos de perdón que se soluciona el pasado reciente. Las situaciones se arreglan con el decir qué pasó, por qué pasó. Las dos partes pensaban que tenían la razón. Habrá que buscar la línea equidistante y ver cómo se puede hacer para limar los puntos que nos separan. Yo supongo que en un enfrentamiento hay errores de ambas partes. No soy juez, soy militar. Desde mi lado voy a tratar de limar todas las puntas para intentar acercar a los que han sufrido.
Muertos hubo en ambos lados, no desaparecidos, pero es un tema muy doloroso. Yo voy a tratar de limar las distancias con la mano extendida.
-¿Los retirados deberían hacerse cargo en lo personal de lo ocurrido o deben asumir las Fuerzas Armadas?
-Aquí hubo una convocatoria del Parlamento. Tuvo un principio y un fin. Pero en lugar de tener el fin legal, continuó. Entonces, acá hay muchos actores. No es solamente el Ejército. También estuvo el factor político y no voy a entrarle al factor político porque quiero estar un tiempito acá, pero acá no es solo el Ejército el que actuó. Y lo dejamos por acá si le parece.
“Tener a Pérez en la casa era un desperdicio”
-Una de sus primeras acciones luego de asumir fue poner al general Luis Pérez al frente del sistema educativo del Ejército, ¿qué quiere cambiar en materia educativa?
-Si pudiera le daría un giro a toda la educación porque la educación, en cualquier aspecto de la vida, en cualquier lugar, es la base de la superación. La educación nos hace libres y los militares son seres pensantes como todos. Lo que sucede es que tenemos una disciplina para cumplir con una misión que no es fácil y es específica. Para nosotros la educación es fundamental porque todos los días las técnicas cambian y si no se tiene una mente capaz de absorber con rapidez lo que pasa, quedamos atrasados. Somos un país con recursos limitados y debemos usar la mente.
Tal vez acelerar un poco más algunos procesos. Tenemos un liceo en el Instituto Militar de las Armas y Especialidades para nuestro personal que no ha completado sus estudios secundarios. Está habilitado como cualquier liceo público. Eso permite que desde todo el país venga personal que tiene que tener primer ciclo para ascender.
El año que viene también lo vamos a llevar a cuarto, quinto y sexto. Eso es un giro importante porque mucho de nuestro personal va a regresar a la vida civil en poco tiempo. Colaboramos en la interna nuestra y con el país.
-El nombramiento de Pérez, que estaba sin destino por diferencias con el ex comandante Rosales, ¿es una señal hacia la interna militar?
-El general Pérez es el más antiguo. Tener al general Pérez en la casa era un desperdicio. Tiene mucho para dar. Lo conozco desde el año 1967, del liceo militar. Es un soldado con mucha experiencia y lo necesito a mi lado para que me ayude a dar avances en la educación. Lo está haciendo. Los problemas con Rosales son del pasado. A mí me gusta hablar del futuro.
-Algunos generales se quejaban de que Rosales tenía poco contacto con ellos y no los consultaba. ¿Usted proyecta una gestión diferente?
-No lo proyecto, lo estoy llevando a la práctica. He tenido tres reuniones desde que me hice cargo para sacar temas por consenso. El traslado del noveno, la educación, la Escuela Militar. Cada comandante tiene su perfil. Para mí los equipos son fundamentales. No existe una persona con la capacidad de manejar solo todo esto. Los generales son los asesores directos. El que tiene menos anda por los 38 años de servicio y no me puedo dar el lujo de no consultarlos. Aquí todo va a ser por consenso. Por supuesto que el jefe toma la decisión final pero tengo que escucharlos.
Escaso pasaje al Ministerio del Interior
El pasaje de militares al Ministerio del Interior como consecuencia de la buena oferta salarial fue de 500 efectivos, una cantidad sensiblemente menor a la esperada. El comandante en jefe del Ejército, general Pedro Aguerre, dijo a Ultimas Noticias que la cantidad de efectivos disponible es suficiente para cumplir con las tareas encomendadas. "Siempre necesitamos más recursos pero con los que tenemos, cumplimos las tareas que nos piden", puntualizó.
Aguerre advirtió que "sólo un país muy rico puede tener a su Ejército preparado sólo para la guerra. En el mundo hay uno, dos o tres países preparados sólo para la guerra. Sería carísimo. Estamos subordinados al sector político, que nos marca las misiones y lo hacemos". Por otra parte, destacó que el pasaje al Ministerio del Interior para quienes deseen hacerlo “es totalmente libre. No se ha puesto ninguna traba y es mi deseo que cada uno mejore su vida todo lo que pueda. Así como se entra libremente al Ejército, se sale libremente”.