Otra vez Manini Ríos
El coronel retirado Tranquilino Machado, ante un Tribunal de Honor, admitió sin reticencias de ningún tipo, ni cargo de conciencia, ser el responsable del asesinato, en 1973, de Ramón Peré. En el momento de su asesinato, Ramón Peré, estudiante universitario y docente, se hallaba realizando actividades propagandísticas callejeras en el marco de la huelga general de 15 días contra el golpe de Estado de Juan María Bordaberry. Ocurrió en la nochecita del viernes 6 de julio, en las cercanías del Zoológico de Villa Dolores.
Tranquilino Machado fue condenado con sentencia firme, en dos instancias legales, por tribunales del Poder Judicial con todas las garantías del debido proceso. Nunca alegó inocencia. Adujo prescripción del delito debido al paso del tiempo.
A pesar de ello, los integrantes del Tribunal de Honor que lo juzgó, entendieron que no había motivo alguno para sancionarlo. Para ellos no había afectado el honor del Ejército. El fallo absolutorio, se sabe hoy en base a informaciones reveladas por El observador el pasado miércoles 28 de octubre, fue avalado y, tal vez, hasta instigado por el Comandante en Jefe del Ejército del momento, el general retirado Guido Manini Ríos.
Juramento de Honor
Para egresar de la Escuela Militar, los oficiales del Ejército juran por su honor defender y respetar la Constitución y las leyes de la República. Por lo mismo, desde el momento en que el Poder Judicial condena, con sentencia firme, a uno de ellos, queda en evidencia que el mismo violentó su juramento.
Corresponde que sea sancionado. La labor de un Tribunal de Honor en estas situaciones consiste solamente en definir las características de la sanción que se debe aplicar.
Al tratarse de un delito grave, todas las violaciones a los Derechos Humanos son graves, el pase a situación de reforma es casi una sanción obvia en un Estado democrático.
La absolución cuestiona al Poder Judicial
El Presidente de la República Luis Lacalle Pou se negó a homologar el fallo absolutorio en tanto ha quedado acreditada la sentencia firme del Poder Judicial y la condena del asesino en un proceso en el cual se le otorgaron todas las garantías legales.
En nuestro sistema democrático republicano de gobierno, corresponde al Poder Judicial investigar y sancionar los hechos de apariencia delictiva. Es el poder del Estado que tiene las máximas y exclusivas potestades al respecto. Y existe plena separación de poderes.
Es inadmisible, bajo todo punto de vista, que un tribunal militar de rango constitucional inferior pueda ignorar, cuestionar y desconocer un fallo de un poder soberano del Estado como ocurrió y quedó demostrado.
Los integrantes del Tribunal de Honor, en los hechos, desconocieron el pronunciamiento del Poder Judicial, a pesar de su obligación de acatar a los órganos civiles. Pusieron en evidencia una muy dudosa lealtad y adhesión a los principios democráticos republicanos de gobierno.
Guido Manini Ríos, alevosía en reiteración real
El fallo del Tribunal de Honor fue avalado por el Comandante en Jefe del Ejército Guido Manini Ríos en el momento en que el mismo se emitió. Dado su historial, probablemente, lo haya instigado actuando con la falsedad que lo caracterizó. En marzo de 2019 fue pasado a retiro por el Dr. Tabaré Vázquez por cuestionar al Poder Judicial al entregar el fallo del Tribunal de Honor sobre José Nino Gavazzo y Jorge “Pajarito” Silveira. Ambos militares reconocieron su participación en crímenes atroces.
Ha quedado nuevamente documentado, conociendo la confesión del coronel retirado Tranquilino Machado, que Guido Manini Ríos actuaba con premeditación y alevosía al cuestionar al Poder Judicial en ese momento. Esa misma alevosía empleó durante la campaña electoral señalando que no se ampararía en los fueros parlamentarios para evadir a la justicia. Finalmente, a pesar de haber recorrido innumerables medios de comunicación afirmando su total inocencia y su disposición de concurrir a declarar por ocultar la confesión de José Nino Gavazzo, no lo hizo. Vergonzosamente se amparó en los fueros de senador para evadir a la justicia.
Desde la administración anterior se había recomendado no homologar el fallo del Tribunal de Honor. El fallo absolutorio del Tribunal de Honor permite que el coronel retirado Tranquilino Machado, asesino confeso, continúe siendo integrante de las Fuerzas Armadas y que no reciba ninguna sanción al respecto. El fallo absolutorio contradice las obligaciones del Estado uruguayo de sancionar penal y administrativamente a los responsables de las graves violaciones a los derechos humanos.
El Sr. Presidente de la República Luis Lacalle Pou actuó de una manera correcta al no homologar el fallo absolutorio del Tribunal de Honor. La conducta y el juicio de los integrantes del tribunal deja mucho que desear y demuestra valores poco firmes en cuanto a la adhesión a los principios republicanos de gobierno.
Llama la atención que el sistema político en su totalidad y el Parlamento como institución hayan guardado silencio al respecto hasta el momento.
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Opinando N° 18 – Año 9 – Martes 10 de noviembre de 2020