Diez precisiones al
general Manini Ríos sobre Gavazzo
y “el caso Gomensoro”
El excomandante en jefe
del Ejército habló de “bolazo”, “chicana” y falta de novedad en el Tribunal de
Honor, pero los hechos puros y duros dan una versión distinta y hablan de su
responsabilidad en la crisis que se originó.
Los integrantes del
Tribunal de Honor del Ejército le informaron a su comandante, el general Guido
Manini Ríos, que Gavazzo había confesado haber tirado el cuerpo de Roberto
Gomensoro al río Negro.
Por Leonardo Haberkorn –
El Observador – 27 4 19
Manini Ríos les ordenó que
siguieran adelante con su tarea, en lugar de denunciar semejante confesión de
inmediato a la Justicia.
Diez meses después de la
primera confesión de Gavazzo, Manini elevó las actas al Ministerio de Defensa
para que el fallo del Tribunal fuera homologado. Les adjuntó un escrito de su
autoría que nada decía sobre el caso Gomensoro y que, en cambio, llevó la
discusión hacia otros temas polémicos.
Tan polémicos que
provocaron su destitución.
De inmediato vino su
postulación a la Presidencia y una nutrida recorrida por los medios de
comunicación.
En esas entrevistas,
Manini Ríos explicó por qué ordenó seguir las actuaciones del Tribunal y no
denunciar ante la Justicia las confesiones de Gavazzo. Sus declaraciones
merecen diez precisiones.
1) La “chicana” de Gavazzo
Manini ha repetido que la
confesión de Gavazzo fue “una chicana”. En radio Universal dijo que el represor
“estaba buscando redireccionar las actuaciones”. En Carve agregó que Gavazzo
confesó para derivar el caso al “terreno de la Justicia”. En Búsqueda afirmó:
“Esto era una chicana para alargar el proceso”.
Incluso llegó a insinuar
que Gavazzo habló de este tema en forma intempestiva. “Cuando se estaba
actuando, de repente aparece esta confesión de Gavazzo”, manifestó en el
programa Buen Día Gente, de Canal 10.
Las actas, sin embargo,
dicen otra cosa. El Tribunal estaba convocado para analizar el “segundo vuelo”.
No correspondía tratar la muerte de Gomensoro. Pero no fue Gavazzo quien
introdujo el tema.
Lo que ocurrió fue lo
opuesto. Está en las actas. En la primera comparecencia de Gavazzo, los
generales le hicieron una pregunta muy concreta, no vinculada al “segundo
vuelo”, que introdujo el “caso Gomensoro”: “En alguno de los interrogatorios
que usted participó o que haya sabido, ¿usted sabe de algún detenido que haya
perdido la vida como consecuencia de esos interrogatorios?”
Entonces Gavazzo habló por
primera vez del “caso Gomensoro”.
Los generales también
llevaron a Jorge “Pajarito” Silveira al mismo punto.
Es decir, es cierto que la
muerte de Gomensoro no guarda relación con el “segundo vuelo”, pero quienes
introdujeron el tema no fueron Gavazzo y Silveira sino los propios miembros del
Tribunal.
¿Qué esperaba Manini? ¿Que
se tratara el caso Gomensoro solo para hablar de la injusta prisión del coronel
Juan Carlos Gómez, pero que se omitiera toda referencia a su muerte y
desaparición?
Libro "Gavazzo. Sin Piedad" |
2) “Era un tema viejo”
Manini Ríos dijo en Carve
que las revelaciones del Tribunal de Honor no tenían novedad ni valor: “Se
sabía del tema Gomensoro desde hace muchos años, porque era un tema viejo, se
entendió que no se estaba aportando nada nuevo”.
En Búsqueda sostuvo: “ni
siquiera era nueva la información, por lo menos en el 90%”.
Estos dichos son
asombrosos. ¡Así que Manini Ríos y el Ejército ya sabían quién había matado y
desaparecido a Gomensoro! Siendo así uno se pregunta desde cuándo conocían los
hechos y por qué hasta hoy nunca los denunciaron.
La verdad es que -al
contrario de lo que declara el excomandante- no todo se sabía ni se sabe.
Lo que se conocía era que
Gomensoro había muerto en Artillería 1 y lo habían tirado en Rincón del Bonete.
También consta el testimonio
del entonces capitán Enrique Debat que vio a Gavazzo sentado al lado del cuerpo
colgado e inerte de Gomensoro y una máquina para aplicar electricidad.
Pero -aunque Gavazzo
aparecía ya implicado por Debat- nunca se había aclarado quién mató a Gomensoro
y quiénes hicieron desaparecer su cuerpo. Y por supuesto: no existía confesión
ni nadie preso por este crimen.
Lo nuevo -es increíble
tener que aclararlo- es la confesión de Gavazzo de que él mismo tiró el cuerpo
al río Negro.
También es nueva la
acusación de “Pajarito” Silveira de que Gavazzo fue responsable de la muerte.
Y hay otra novedad: la
versión que da Gavazzo respecto a que fue el propio general Esteban Cristi,
jefe de la Región Militar I, fue quien le ordenó desaparecer a Gomensoro.
Artigas Pessio |
¿Fue así? Gomensoro fue el
primer desaparecido de las Fuerzas Armadas. ¿La decisión de no entregar los
cuerpos a sus familias fue de los mandos más altos?
¿Hay que explicarle al
general Manini que esa respuesta está pendiente y el Uruguay la espera desde
hace muchos años?
¿Hay que explicar qué
cuando hay un asesinato y no se conoce el asesino, ni quién ocultó el cadáver,
ni los cómplices, ni los encubridores, no está resuelto el 90%?
3) “Es un bolazo”
Además de viejas y ya
conocidas, el general Manini Ríos calificó las revelaciones que emergieron del
Tribunal de Honor como disparates sin sentido.
Dijo en Carve: “Lo que
dijo (Gavazzo) es un bolazo, una cosa que no tiene ningún tipo de asidero.
Entonces se decidió seguir para adelante”.
Sin embargo, esos
“bolazos” coinciden con lo denunciado ante la Justicia y en el libro “Gavazzo.
Sin Piedad” por el capitán Debat, quien vio a Gavazzo al lado del cuerpo
colgado y desfallecido de Gomensoro, cables y un aparato usado para aplicar
choques eléctricos.
También guardan relación
con el testimonio del contador Carlos Koncke, detenido en esos días en el
cuartel de La Paloma, sede de Artillería 1. Koncke relató en el libro “Milicos
y tupas” que algunos oficiales del cuartel le contaron que a Gavazzo se le
había muerto un detenido en un interrogatorio.
Y también coinciden con lo
que en ese mismo libro relató el hoy coronel retirado Luis Agosto, entonces
capitán del Agrupamiento Antiaéreo, una unidad que funcionaba en el mismo
predio.
Agosto contó en “Milicos y
tupas” que, en esos días, una mañana llegó al cuartel y encontró un clima de
gran nerviosismo. A varios oficiales, como él, les prohibieron circular por la
unidad y los obligaron a permanecer en el casino de oficiales. Solo podían
moverse libremente Gavazzo y sus hombres.
Tras leer las revelaciones
del Tribunal de Honor, Agosto afirmó días atrás en el portal Ecos: “Ahora, por
lo declarado por Gavazzo y Silveira, me doy cuenta que la noche anterior
mataron a Gomensoro”.
También narró que el entonces
jefe de aquella unidad, el fallecido coronel Alfredo Rubio, aquella mañana
“estaba desencajado”. “Me mandó llamar y me dijo, a los gritos: ‘¡Cómo usted
capitán no me advirtió lo que era Gavazzo!’. Yo le respondí: ‘¿Y usted no
conocía quién es Gavazzo?’. Todos ya sabíamos cómo era Gavazzo”.
Ante el Tribunal de Honor
“Pajarito” Silveira acusó a Gavazzo de ser el responsable de la muerte de
Gomensoro y contó que los oficiales de Artillería 1 hablaron de ello.
Gavazzo, en cambio, dijo
que se murió solo y él recibió la orden de hacerlo desaparecer.
Son declaraciones que
guardan contradicciones, pero giran alrededor de dos puntos en común: la muerte
de Gomensoro en Artillería 1 y la directa participación de Gavazzo.
Sume todo, general:
Koncke, Agosto, Debat, Silveira, Gavazzo. Todo guarda mucha relación. Entonces,
¿cuál es el bolazo?
4) “No era creíble”
Manini Ríos ha recordado
que otras veces Gavazzo y Silveira han mentido, por lo cual no habría razón
para creerles. Dijo en radio Universal: “no se le creyó a Gavazzo”. Y en
Búsqueda: “Nadie le cree a Gavazzo porque él ha mentido reiteradas veces”.
Es curioso, porque el
Tribunal de Honor en cambio sí les creyó cuando ambos se sacaron toda
responsabilidad sobre el “segundo vuelo”.
Diego Battiste. |
Dice por ejemplo el fallo
del Tribunal respecto a esta causa: “José Nino Gavazzo Pereira no admite y
niega haber participado en los hechos que se le imputan y por los que ha sido
condenado por la Justicia Penal Ordinaria”. Y agrega: “Colabora con el proceso
de investigación brindando respuestas a todas las preguntas con respeto y
educación”.
Parecería que a veces se
le cree a Gavazzo y a veces no.
Por supuesto que es
probable que Gavazzo le mintiera al Tribunal. No es creíble, por ejemplo, que
Gomensoro muriera solo, como declaró. El propio Silveira lo desmintió en su
comparecencia.
No es creíble tampoco que
Gavazzo completara solo la operación de trasladar y arrojar el cuerpo al río
Negro, envuelto en una malla de alambre y con tres grandes piedras atadas. Él
mismo dijo que le mintió a la Justicia para no involucrar a sus subordinados.
Cabe concluir que aquí también puede estar encubriendo a otros subalternos.
En ese sentido, la
confesión de Gavazzo es solo parcialmente creíble. Pero lejos de ser
descartable como pretende Manini, es un avance en una trama aún no develada por
completo.
5) “Era otro tema”
En varias entrevistas, el
general Manini habló de la injusta prisión del coronel Gómez como si no
guardara relación alguna con la muerte de Gomensoro.
Dijo el 9 de abril en
Carve, refiriéndose a la confesión de Gavazzo: “El caso éste no era creíble. Lo
que sí era confirmado era que permitieron que un compañero, que un coronel, un
compañero a los 80 años, estuviera tres años y pico preso por un falso
testimonio”.
Y el 10 de abril sostuvo
en Búsqueda: “El Tribunal de Honor falló y lo condenó a Gavazzo con la máxima
pena. Lo condenó por otro tema (dejar que Gómez estuviera preso), distinto al
del artículo periodístico que detonó este escándalo. Porque el tema de Roberto
Gomensoro para el tribunal y para mí no era un tema nuevo”.
Manini se equivoca. La
muerte de Gomensoro y la prisión injusta de Gómez no son temas distintos. Por
el contrario, son dos facetas de un mismo asunto: Gavazzo y Silveira sabían con
certeza que Gómez era inocente de matar a Gomensoro porque ellos mismos
estuvieron implicados en su tortura, muerte y desaparición.
Gavazzo sabía que Gómez
era inocente porque él era el segundo jefe de Artillería 1, donde murió
Gomensoro. Y porque él mismo estuvo al lado de su cuerpo colgado y desfallecido
(según Debat) y habría sido responsable de su muerte (según Silveira y Koncke).
Silveira sabía que Gómez
era inocente porque él era uno de los oficiales de Artillería 1 el día que
mataron a Gomensoro y él mismo admite haberse enterado esa misma jornada.
¿Cómo es posible que el
excomandante diga que son dos temas distintos?
6) “Gomensoro no es un
desaparecido”.
Manini Ríos dijo en Canal
10 que “Gomensoro apareció hace muchos años y el cuerpo estaba identificado
desde hace muchos años”.
No es del todo cierto.
Tras haber sido arrojado
al río Negro, el cuerpo de Gomensoro emergió a la superficie pocos días
después. Se le tomaron fotos y se le hizo una autopsia. No pudo ser
identificado. Fue enterrado en una tumba NN en Tacuarembó. Pero otra vez fue
vuelto a desaparecer.
Quienes desparecieron por
segunda vez a Gomensoro no sabían que el forense que le hizo la autopsia,
Emilio Laca, se había guardado el cráneo para sí. Solo esa pieza apareció y fue
identificada. El resto del cuerpo continúa desaparecido.
7) La muerte de Pérez
Silveira
Manini Ríos no suele
referirse a lo que se dijo en el Tribunal de Honor sobre la muerte de Eduardo
Pérez Silveira, el Gordo Marcos, también en Artillería 1.
Gavazzo ya había confesado
su participación en este crimen en el libro “Gavazzo. Sin Piedad” (2016). Ante el Tribunal, repitió lo dicho en el
libro: que le arrojó al prisionero una granada de gas porque se había
insubordinado y no podía controlarlo.
Sin embargo, “Pajarito”
Silveira confirmó que Gavazzo “gaseó” al Gordo Marcos, pero señaló que en el
cuartel la versión era que Gavazzo lo hizo “para interrogarlo”.
Gavazzo admitió ante el
Tribunal que Pérez Silveira se negó a hablar en los interrogatorios.
En “Gavazzo. Sin Piedad”
hay otros testimonios que dan cuenta de las torturas salvajes que recibió Pérez
Silveira en Artillería 1. En una edición ampliada que estará en las librerías
en los próximos días se incorporará un nuevo testimonio inédito. Alguien que
con nombre y apellido relata las torturas de Gavazzo.
¿Este tema también es
viejo, aclarado, chicana y bolazo?
8) La prisión del coronel
Gómez
El general Manini Ríos da
a entender que lo único importante, nuevo y comprobado es que Gavazzo y
Silveira dejaron que el coronel Gómez permaneciera preso tres años, siendo
inocente del crimen de Gomensoro.
La verdad es que el asunto
no es nuevo. Todo está contado con lujo de detalles en “Gavazzo. Sin Piedad”.
Allí está todo: quiénes respetaron y quiénes falsearon los hechos, quiénes
buscaron ayudar y quiénes engañar a la justicia, qué declaró cada uno: los que
dijeron la verdad y los que mintieron.
Gómez hoy está libre
porque sus hijas se pusieron el caso al hombro, investigaron por su cuenta,
consiguieron pruebas y testigos y hasta grabaron en forma clandestina a Gavazzo
admitiendo que había mentido a la Justicia.
Con todas las pruebas
reunidas y mucho coraje las hijas de Gómez confrontaron a la Justicia, al
Ejército y al Ministerio de Defensa.
Recién ahí, cuando Gómez
ya llevaba años preso, lograron que el Ejército y el Ministerio de Defensa
intercedieran algo.
Quién oye hablar hoy a
Manini Ríos puede creer que el Ejército movió cielo y tierra para liberar a
Gómez de su injusta prisión.
No es cierto.
Fueron sus hijas.
9) Lo que no dicen las
actas
Lo que dice Manini Ríos no
consta en el fallo del Tribunal de Honor.
En el fallo no dice:
Gavazzo confesó un crimen horrible pero no lo tomamos en cuenta porque “ya se
sabía todo”, “es un bolazo” o “no tiene asidero”.
La chicana y el bolazo
solo aparecieron luego que se filtrara la noticia de la confesión de Gavazzo.
10)
La decisión colectiva
Manini Ríos ha dicho que
los generales que integraron el Tribunal de Honor le informaron de los graves
dichos de Gavazzo y que él ordenó continuar. Sin embargo, habla en plural e
involucra en la decisión a los generales.
“Cuando el Tribunal de
Honor me informa de las declaraciones de Gavazzo convenimos en que esto era una
chicana para alargar el proceso”, le dijo a Búsqueda.
“El Tribunal de Honor hizo
lo correcto, me informa a mí. Y juntos entendimos que esto era una estrategia
para dilatar en mucho tiempo el fallo del Tribunal”, dijo a Buen Día Gente.
El Ejército no es un club.
Los generales podrían tener su opinión, pero le informaron como correspondía a
su comandante. Fue Manini quien ordenó seguir adelante y no denunciar a la
Justicia. Luego aprobó el fallo. Y escribió un documento que no mencionó los
crímenes admitidos por Gavazzo y Silveira y, por el contrario, criticó en forma
virulenta al Poder Judicial.
No pudo ser una decisión
plural ni colectiva, porque así no funciona el Ejército.
En cuanto a la decisión en
sí, Gavazzo y Silveira fueron sancionados por haber dejado que Gómez fuera
preso siendo inocente, pero no por su participación o implicancia en la muerte
y desaparición de Gomensoro y Pérez Silveira, ni por el segundo vuelo.
Para que ello fuera
posible, se saltearon confesiones y acusaciones muy concretas. No las borraron
de las actas, pero las subvaloraron, las minimizaron, las ignoraron.
Manini pudo no haber
homologado lo actuado por el Tribunal. ¡En plena dictadura el comandante Luis
Queirolo mandó para atrás un Tribunal de Honor al represor Ernesto Ramas por
considerar que había sido muy blando!
En cambio, el comandante
ordenó seguir adelante y no denunciar en la Justicia, aprobó el fallo del
Tribunal y lo redobló con un ataque al Poder Judicial.
Los efectos de sus actos
están a la vista.
Se cumplió el objetivo de
sancionar a Gavazzo y a Silveira por un hecho muy concreto y particular, que se
agota en sí mismo. No hay otros oficiales acusados de mentir o callar para
encarcelar a Gómez.
Haberlos denunciado en la
Justicia, en cambio, por matar y desaparecer hubiera abierto una puerta a que
otros oficiales también sean sancionados o denunciados. Y hubiera obligado a un sinceramiento del
Ejército respecto sus prácticas en aquellos años. Pero habría sido un gran
logro para el Ejército, un hito histórico, un gol, como le gusta decir a
Manini.
Es algo largamente pendiente.
Algún día, para bien del país y del propio Ejército, algún comandante tendrá el
coraje de hacerlo.
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