Gregorio Álvarez podrá perder los derechos de pertenecer a
las FFAA
Lo juzgará
un tribunal de honor y puede llegar a perder la jubilación y el de ser atendido
en el Hospital Militar.
El observador - 20 1 14
El ex
dictador de 88 años Gregorio Álvarez, condenado por sus crímenes durante la
dictadura (1973-1985), será juzgado por el Tribunal de Honor de las Fuerzas
Armadas que podría degradarlo y eliminar sus beneficios por pertenecer a la
institución, informó a Efe una fuente oficial.
"Lo resolvió el señor presidente de la República y el ministro de defensa
-Eleuterio Fernández Huidobro-" a través de una resolución firmada el
lunes, señaló el director de Asuntos Jurídicos, Notariales y de Derechos
Humanos, Roberto Caballero.
El tribunal va a juzgar "su conducta moral y su comportamiento ético"
y "si concluye que no representó a las Fuerzas Armadas con honestidad y
ética profesional, las sanciones pueden llegar a la pérdida de su jubilación y
del derecho del uso de su uniforme o de ser atendido en el Hospital
Militar", agregó Caballero.
En declaraciones a Efe Caballero negó que la resolución sea una forma de
"repudio" para Álvarez sino "una sanción moral" y aclaró
que el Poder Ejecutivo resolvió ya la composición del Tribunal de Honor que lo
juzgará, que estará integrado por los ex comandantes en jefe del Ejército,
Jorge Rosales, Carlos Díaz y Ángel Bertolotti.
Los miembros del tribunal "tienen que ser de su mismo grado" y ni
Rosales, ni Díaz ni Bertolotti pueden negarse a intervenir en el caso pese a
estar jubilados porque "los oficiales del Ejército, una vez que pasan a
retiro, durante un período de varios años, están sujetos a disciplina",
agregó la fuente.
El ex general Gregorio "Goyo" Álvarez, que fue comandante en jefe del
Ejército entre 1978 y 1979, y gobernó "de facto" entre 1981-1985,
está en prisión desde 2007 y fue procesado y condenado en 2009 a 25 años de
prisión por la muerte de 37 opositores en 1977 y 1978.
En octubre pasado la Suprema Corte de Justicia de Uruguay absolvió al ex
dictador del homicidio de Roberto Luzardo, fallecido en el Hospital Militar de
Montevideo en 1973 por falta de atención médica, porque no se pudo comprobar
que fuera el entonces general quien dio la orden de dejarlo morir.
Luzardo, un guerrillero tupamaro compañero de filas del actual presidente de
Uruguay, José Mujica, fue herido de bala en agosto de 1972, detenido en un
cuartel y falleció diez meses después en el Hospital Militar, dos semanas antes
del golpe de Estado que terminó con la democracia en el país.
Como integrante de aquella guerrilla, Luzardo participó en una acción armada
que derivó en la muerte del coronel Artigas Álvarez, hermano de Gregorio
Álvarez.
La decisión de Mujica y el ministro Fernández Huidobro, que fue compañero suyo
en las filas tupamaras y que como él pasó varios años en la cárcel por sus
acciones violentas con la guerrilla contra gobiernos constitucionales, pone un
poco más de sal a la compleja relación del Gobierno con las Fuerzas Armadas.
Esta relación vivió momentos de tensión en los últimos tiempos a raíz de la
condena el año pasado del primer militar en activo, el general Miguel Dalmao.
Pese a ello, la voluntad expresada públicamente por el mandatario en otras
ocasiones de tratar de cerrar las heridas de aquella época también ha sido
criticada por los familiares de las víctimas de la dictadura, algunas de las
cuales consideran que su Gobierno no ha hecho lo suficiente para acabar con la
impunidad.
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