El domingo 27 de febrero de hace 50 años almorzó con sus padres y concurrió a una reunión con compañeros. Durante la misma señaló, como al pasar, al resto de los participantes, que le parecía que “gente rara” lo estaba siguiendo. No dio importancia. Era uno de los riesgos habituales en esa época crispada.
Asunción de Juan María Bordaberry, a su lado Jorge
Pacheco Areco
Había quedado en pasar a recoger a su pareja, que
estaba preparando un examen, a eso de las 23 horas, pero no lo hizo. No pudo.
Había sido secuestrado. Al otro día, apareció acribillado a balazos, bajo un
árbol, en una zona apartada del Montevideo rural, cerca del Paso de la Arena,
sin que se tenga certeza de quiénes fueron los responsables directos de su asesinato, luego de torturarlo
bárbaramente, hasta el día de hoy.
La generación militante del 68
Ibero Gutiérrez fue un militante estudiantil detenido en reiteradas ocasiones al amparo de las
Medidas Prontas de Seguridad durante el gobierno de Jorge Pacheco Areco. Fue
una persona militante y sensible, un poeta innovador y creativo, un estudiante de la Facultad de Humanidades,
un ex preso político recluido en el Penal de Punta Carretas y un luchador social integrante del MLN y del
Movimiento 26 de Marzo.
Ibero Gutiérrez fue asesinado un día antes de que
asumiera como presidente Juan María Bordaberry. Fue la última víctima fatal de
las acciones del Escuadrón de la Muerte, la organización parapolicial y paramilitar
que actuaba desde el Ministerio del Interior, con el visto bueno gubernamental,
para generar el miedo y el temor en las filas de los sectores opositores, en el
camino hacia la dictadura y el terrorismo de Estado.
A la muerte del general Oscar Gestido, a fines del año
1967, asumió la presidencia de la república Jorge Pacheco Areco desplegando una
política marcadamente antipopular que generó un clima de gran turbulencia
social y descontento popular.
Pacheco Areco incendió la
pradera
Jorge Pacheco Areco implantó las Medidas Prontas de
Seguridad de manera casi permanente, gobernó mediante decretos para evadir la
acción del Parlamento, además de suspender las garantías individuales consagradas
por la constitución para reprimir la protesta popular y disciplinar a la
sociedad.
Durante su gobierno se suprimieron los Consejos de
Salarios, se congelaron los salarios y las jubilaciones, se clausuraron en
forma frecuente los medios de prensa de la oposición, se ilegalizaron partidos
políticos, se intervino la enseñanza secundaria, se atacó a la Universidad de
la República, se sacó a los militares de los cuarteles a enfrentar a los trabajadores, se reprimió a
los sindicatos públicos y privados y también al movimiento estudiantil.
Desde el 13 de junio de 1968, en un mundo
convulsionado por el mayo francés y la protesta juvenil, cuando estallaban las
protestas por la intensificación de la agresión de EEUU a Vietnam, en Uruguay miles
de trabajadores fueron militarizados, centenares sufrieron prisión, las calles
se tiñeron de sangre estudiantil y se generó un clima de violencia
institucional y social cuyas secuelas se mantienen hasta el día de hoy. En este
clima y en este marco, los grupos armados que operaban en el territorio
nacional, alcanzaron un gran desarrollo y desplegaron un importante accionar
que conmovió al país y asombró al mundo.
El gobierno de Pacheco Areco y su proyecto de país al
servicio de minorías privilegiadas, en connivencia con los Estados Unidos y sus
recetas económicas, con el asesoramiento de la CIA, fue el prolegómeno de la
dictadura de Juan María Bordaberry y del terrorismo de Estado.
Escuadrón de la muerte: la cara
ilegal de la represión
Los grupos de ultraderecha que operaban en el ámbito
estudiantil desde los inicios de los sesenta para atacar a los gremios, dieron
nacimiento al accionar de los comandos para policiales alentados desde el
ministerio del interior.
Abel Ayala, Héctor Castagneto y Manuel Ramos
Filippini, quién incluso llegó a
compartir celda en Cárcel Central con Ibero Gutiérrez, fueron, a partir del mes
de julio, las víctimas fatales del accionar del Escuadrón de la muerte durante
el período pre electoral de 1971. En dichas operaciones participaron
funcionarios de la Dirección Nacional de Inteligencia y Enlace pero también
integrantes de las Fuerzas Armadas cuyos nombres son de público conocimiento.
El Escuadrón de la muerte fue la faceta ilegal y
encubierta del accionar represivo del gobierno de Pacheco Areco, en su accionar
de terror. El procesamiento de Nelson Bardesio y de Pedro Freitas, en el año 2009 puso de
manifiesto el accionar gubernamental, a través del Ministerio del Interior, con
el apoyo del gobierno de Estados Unidos. La detención de Miguel Sofía y su
procesamiento por su activa participación en dichos actos criminales es un inmenso logro de quienes hemos promovido las
investigaciones judiciales y el accionar de la justicia para generar
anticuerpos que impidan la repetición de estos hechos.
La democracia: un logro de la
lucha popular a pesar de los “malla oro”
En Uruguay hubo dictadura y hubo terrorismo de Estado.
Los servicios represivos, las Fuerzas Armadas y las fuerzas policiales,
desplegaron una violación masiva, sistemática y generalizada de los derechos
humanos para aplicar un plan de gobierno al servicio de las minorías
privilegiadas de nuestro país.
La democracia uruguaya es una conquista de los
trabajadores y de los sectores populares que enfrentaron a Pacheco Areco, a la
dictadura cívico militar y al terrorismo de Estado pagando un duro precio en
detenidos, torturados, asesinados, desaparecidos, exiliados y miles de
combatientes por la libertad viviendo en las más inhóspitas condiciones.
Falta justicia: el Poder
Judicial debe actuar
El asesinato de Ibero Gutiérrez continúa impune.
Miguel Sofía, un notorio y ya procesado integrante del Escuadrón de la Muerte,
puede aportar mucha información al igual que Nelson Bardesio y otros connotados represores que
están recluidos en Domingo Arena o en sus domicilios particulares, la gran
mayoría.
A cincuenta años de su asesinato su recuerdo permanece
con nosotros y le rendimos homenaje mientras el pueblo uruguayo se apronta a
librar batallas decisivas, a las cuales adherimos, en las próximas semanas,
votando Sí!
Gracias al compromiso
desplegado por los luchadores sociales y políticos como Ibero Gutiérrez,
por miles y miles de luchadores,
sindicales, sociales, estudiantiles y políticos, por miles y miles de ciudadanos, nuestro país
es hoy una democracia y una de las
mejores de América. No se le debe nada, absolutamente, a las Fuerzas Armadas
que se quisieron perpetuar en el poder y fueron derrotadas en el plebiscito
constitucional de 1980. Mucho menos a los cabildantes.
-------------
Opinando N° 3 – Año 11 – Domingo 6 de marzo de 2022