Homenajearon ayer a las
tres muchachas asesinadas por militares en Brazo Oriental, un crimen que sigue
impune después de 40 años.
La diaria - 22 4 14 - Por Luis Rómboli
Participantes del acto de inauguración de la Marca de la Resistencia, en recuerdo de las “Muchachas de abril”, colocan, ayer, sus fotos en el estrado. / Foto: Javier Calvelo. |
Se
realizó ayer la colocación de la decimoquinta marca de la memoria, una
iniciativa de la comisión Proyecto Memoria de la Resistencia 1973-1985 para
identificar lugares donde ocurrieron acciones importantes de resistencia a la
dictadura, con placas recordatorias y otros elementos. En total se colocarán 26
marcas.
Esta vez, con el apoyo de la comisión Memorias Muchachas de Abril, la
placa se colocó en la vereda del apartamento 3 de Mariano Soler 3098 bis en
Montevideo, lugar en el que, en la madrugada del 21 de abril de 1974, fueron
acribilladas por militares las jóvenes Diana Maidanick, de 22 años, y Laura
Raggio y Silvia Reyes, ambas de 19. Esta última estaba embarazada de tres
meses. Además de la placa, se colocaron en su entorno tres asientos de hormigón
“simplemente para sentarse, encontrarse con ellas y meditar”, según explicó
Antonia Yáñez, presidenta de la comisión que colocó las marcas.
El apartamento está ubicado en el barrio Brazo Oriental, en la
punta de una esquina sin cruce, ya que las calles Mariano Soler y Ramón de
Santiago se juntan pero no se atraviesan. En la calle se montó un pequeño
escenario en el que se colocaron las imágenes de las tres mujeres y unos
altoparlantes. Unas 200 personas se congregaron alrededor del lugar, entre
ellas autoridades de gobierno, legisladores y dirigentes de sectores del Frente
Amplio (FA), así como militantes de Plenaria Memoria y Justicia, que además
envió una adhesión.
Yáñez dijo que “esta marca es particularmente emotiva”
porque se cumplen 40 años de los asesinatos, y además porque “estas muertes
todavía no habían sido reveladas”, y la colocación de la placa es “una manera
más de ponerlas en el colectivo de nuestro pueblo”. El secretario de Derechos
Humanos del PIT-CNT, Edgardo Oyenart, dijo que “la memoria, la verdad y la
justicia” son “tres pilares de los que el movimiento popular no se puede
apear”, y que “hay una parte que está aún pendiente, porque todavía hay
militares torturadores caminando libremente por la calle”. “Conmemoro este
hecho con tristeza, por la frustración de no haber podido lograr que la verdad
y la justicia existan en toda su plenitud en este país”, agregó el
sindicalista.
Luego habló Alma, prima de Diana, quien leyó una proclama para
“decirles presente” a las muchachas asesinadas y planteó que “la construcción
de la memoria colectiva es una tarea del futuro, porque sólo así se puede
cimentar una sociedad que conozca lo que sucedió e impida que se repita”. Por
su parte, Stella, hermana de Silvia, dijo que el asesinato de las jóvenes “permanece
impune”, y que si bien el militar José Nino Gavazzo, uno de los que comandaron
el operativo, “está preso”, no fue condenado por este caso. Además, denunció
que uno “de los represores que estuvieron corriendo por este pasillo”, en
referencia a la entrada del apartamento, “hoy es edil de la Junta Departamental
de Flores por el Partido Colorado”.
Stella contó que participó en careos en el ámbito judicial para
identificar a los responsables de la muerte de su hermana y que “ellos estaban
igual que siempre, sin arrepentimiento”. Dijo, además, que se trató de “una
masacre”, porque cuando su padre “fue a buscar los cuerpos”, contó más de 40
impactos de bala en cada uno.
“Estaban destrozados, partidos”, agregó. Luego
mencionó que tanto el caso de las muchachas como la causa por la desaparición
en Argentina de Washington Barrios “están estancados”. Si bien el expediente
fue archivado luego de la entrada en vigencia de la Ley de Caducidad, en 2012,
cuando se reactivaron todas las causas por violaciones a los derechos humanos
durante la dictadura, la causa volvió al Juzgado Penal de 8º Turno, a cargo de
la jueza Graciela Eustaccio.
La masacre de
Brazo Oriental
Washington Barrios era el militante del Movimiento de Liberación
Nacional-Tupamaros al que los militares fueron a buscar al apartamento la noche
del 21 de abril de 1974, pero el joven había viajado a Argentina el día
anterior. Silvia Reyes, una de las víctimas, era su esposa. El operativo fue
comandado por Gavazzo, Manuel Cordero, Armando Méndez, Jorge Silveira, Julio
César Gutiérrez, Mauro Mauriño y Juan Rebollo. Los militares no encontraron a
Barrios y tras romper la puerta, ingresaron disparando en la vivienda de las
tres mujeres. La balacera fue tan grande que dos de los militares resultaron
heridos por sus propios compañeros. Así asesinaron a las tres muchachas, y
luego de montar una “ratonera” para intentar atrapar a Barrios, al mediodía,
los militares trasladaron los cuerpos al Hospital Militar y se llevaron todas
las pertenencias de las jóvenes, incluido el mobiliario. Seis meses después se
conoció la detención de Barrios en Córdoba, Argentina, en el marco de la
aplicación del Plan Cóndor. Sus padres fueron informados sobre la captura por
el propio Gavazzo. Después, mientras Barrios cumplía una condena a seis meses
de prisión por entrada ilegal a ese país, se decidió su traslado a Córdoba. En
el camino desapareció, situación que continúa hasta hoy.
Semana de
homenajes
Después de los familiares de las jóvenes habló la alcaldesa del
Municipio C, Miriam Rodríguez, que pidió a los presentes continuar “trabajando
por los cambios”, para lo cual “no hay que quedarse en las casas”. Después se
les obsequió a los familiares un disco con un documental de Ignacio Guichón en
homenaje a las Muchachas de abril, que se estrenará hoy a las 19.00 en el
Centro Cultural de la Estación Goes. Finalmente, habló la intendenta de
Montevideo, Ana Olivera, que recordó varios episodios en la “lucha por
recuperar la democracia”, pero dijo que este caso no es suficientemente
conocido incluso entre muchos militantes de izquierda, como “muchas otras cosas
que aún están ocultas: para los que las vivieron y mucho más para las nuevas
generaciones”. “Seguramente, la gran mayoría de las mujeres que están aquí
piensa que podrían haber sido cualquiera de ellas”, dijo Olivera. El cierre de
esta semana de homenajes tendrá lugar el domingo en el Centro Cultural Museo de
la Memoria, donde se montó una exposición titulada Las muchachas de abril. Allí
se presentará nuevamente el documental y cantará Daniel Viglietti. La
exposición podrá visitarse hasta el 3 de mayo.