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sábado, 5 de marzo de 2022

Ibero Gutiérrez: la última víctima fatal


El domingo 27 de febrero de hace 50 años almorzó con sus padres y concurrió a una reunión con compañeros. Durante  la misma señaló, como al pasar, al resto de los participantes, que le parecía que “gente rara” lo estaba siguiendo. No dio importancia. Era uno de los riesgos habituales en esa época crispada.

Asunción de Juan María Bordaberry, a su lado Jorge Pacheco Areco

Había quedado en pasar a recoger a su pareja, que estaba preparando un examen, a eso de las 23 horas, pero no lo hizo. No pudo. Había sido secuestrado. Al otro día, apareció acribillado a balazos, bajo un árbol, en una zona apartada del Montevideo rural, cerca del Paso de la Arena, sin que se tenga certeza de quiénes fueron los responsables directos  de su asesinato, luego de torturarlo bárbaramente, hasta el día de hoy.

La generación militante del 68

Ibero Gutiérrez fue  un militante estudiantil detenido  en reiteradas ocasiones al amparo de las Medidas Prontas de Seguridad durante el gobierno de Jorge Pacheco Areco. Fue una persona militante y sensible, un poeta innovador y creativo,  un estudiante de la Facultad de Humanidades, un ex preso político recluido en el Penal de Punta Carretas y  un luchador social integrante del MLN y del Movimiento 26 de Marzo.

Ibero Gutiérrez fue asesinado un día antes de que asumiera como presidente Juan María Bordaberry. Fue la última víctima fatal de las acciones del Escuadrón de la Muerte, la organización parapolicial y paramilitar que actuaba desde el Ministerio del Interior, con el visto bueno gubernamental, para generar el miedo y el temor en las filas de los sectores opositores, en el camino hacia la dictadura y el terrorismo de Estado.

A la muerte del general Oscar Gestido, a fines del año 1967, asumió la presidencia de la república Jorge Pacheco Areco desplegando una política marcadamente antipopular que generó un clima de gran turbulencia social y descontento popular.

Pacheco Areco incendió la pradera

Jorge Pacheco Areco implantó las Medidas Prontas de Seguridad de manera casi permanente, gobernó mediante decretos para evadir la acción del Parlamento, además de suspender las garantías individuales consagradas por la constitución para reprimir la protesta popular y disciplinar a la sociedad.

Durante su gobierno se suprimieron los Consejos de Salarios, se congelaron los salarios y las jubilaciones, se clausuraron en forma frecuente los medios de prensa de la oposición, se ilegalizaron partidos políticos, se intervino la enseñanza secundaria, se atacó a la Universidad de la República, se sacó a los militares de los cuarteles a  enfrentar a los trabajadores, se reprimió a los sindicatos públicos y privados y también al movimiento estudiantil.

Desde el 13 de junio de 1968, en un mundo convulsionado por el mayo francés y la protesta juvenil, cuando estallaban las protestas por la intensificación de la agresión de EEUU a Vietnam, en Uruguay miles de trabajadores fueron militarizados, centenares sufrieron prisión, las calles se tiñeron de sangre estudiantil y se generó un clima de violencia institucional y social cuyas secuelas se mantienen hasta el día de hoy. En este clima y en este marco, los grupos armados que operaban en el territorio nacional, alcanzaron un gran desarrollo y desplegaron un importante accionar que conmovió al país y asombró al mundo.

El gobierno de Pacheco Areco y su proyecto de país al servicio de minorías privilegiadas, en connivencia con los Estados Unidos y sus recetas económicas, con el asesoramiento de la CIA, fue el prolegómeno de la dictadura de Juan María Bordaberry y del terrorismo de Estado.

Escuadrón de la muerte: la cara ilegal de la represión

Los grupos de ultraderecha que operaban en el ámbito estudiantil desde los inicios de los sesenta para atacar a los gremios, dieron nacimiento al accionar de los comandos para policiales alentados desde el ministerio del interior.

Abel Ayala, Héctor Castagneto y Manuel Ramos Filippini, quién  incluso llegó a compartir celda en Cárcel Central con Ibero Gutiérrez, fueron, a partir del mes de julio, las víctimas fatales del accionar del Escuadrón de la muerte durante el período pre electoral de 1971. En dichas operaciones participaron funcionarios de la Dirección Nacional de Inteligencia y Enlace pero también integrantes de las Fuerzas Armadas cuyos nombres  son de público conocimiento.

El Escuadrón de la muerte fue la faceta ilegal y encubierta del accionar represivo del gobierno de Pacheco Areco, en su accionar de terror. El procesamiento de Nelson Bardesio  y de Pedro Freitas, en el año 2009 puso de manifiesto el accionar gubernamental, a través del Ministerio del Interior, con el apoyo del gobierno de Estados Unidos. La detención de Miguel Sofía y su procesamiento por su activa participación en dichos actos criminales es un  inmenso logro de quienes hemos promovido las investigaciones judiciales y el accionar de la justicia para generar anticuerpos que impidan la repetición de estos hechos.

La democracia: un logro de la lucha popular a pesar de los “malla oro”

En Uruguay hubo dictadura y hubo terrorismo de Estado. Los servicios represivos, las Fuerzas Armadas y las fuerzas policiales, desplegaron una violación masiva, sistemática y generalizada de los derechos humanos para aplicar un plan de gobierno al servicio de las minorías privilegiadas de nuestro país.

La democracia uruguaya es una conquista de los trabajadores y de los sectores populares que enfrentaron a Pacheco Areco, a la dictadura cívico militar y al terrorismo de Estado pagando un duro precio en detenidos, torturados, asesinados, desaparecidos, exiliados y miles de combatientes por la libertad viviendo en las más inhóspitas condiciones.

Falta justicia: el Poder Judicial debe actuar

El asesinato de Ibero Gutiérrez continúa impune. Miguel Sofía, un notorio y ya procesado integrante del Escuadrón de la Muerte, puede aportar mucha información al igual que Nelson  Bardesio y otros connotados represores que están recluidos en Domingo Arena o en sus domicilios particulares, la gran mayoría.

A cincuenta años de su asesinato su recuerdo permanece con nosotros y le rendimos homenaje mientras el pueblo uruguayo se apronta a librar batallas decisivas, a las cuales adherimos, en las próximas semanas, votando Sí!

Gracias al compromiso  desplegado por los luchadores sociales y políticos como Ibero Gutiérrez,  por miles y miles de luchadores, sindicales, sociales, estudiantiles y políticos,  por miles y miles de ciudadanos, nuestro país es  hoy una democracia y una de las mejores de América. No se le debe nada, absolutamente, a las Fuerzas Armadas que se quisieron perpetuar en el poder y fueron derrotadas en el plebiscito constitucional de 1980. Mucho menos a los cabildantes.

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Opinando N° 3 – Año 11 – Domingo 6 de marzo  de 2022