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viernes, 19 de junio de 2020

¡Chau, Fernández!


¡Chau, Fernández!

Torturas: Nunca Más
 
Director Nacional de Policía Diego Fernández

Por orden del actual director nacional de Policía, Diego Fernández, en los últimos días la sala de actos de la Dirección Nacional de Inteligencia perdió el nombre que había adquirido en 2016, el del fallecido Julio Guarteche, y se retomó el del Inspector ® Víctor Castiglioni.

Víctor Castiglioni estuvo al frente de esta dependencia desde 1971 hasta enero de 1982, cuando pasó a desempeñarse en la secretaría del Ministerio del Interior. En 2016, decenas de sobrevivientes exdetenidos en el edificio de la esquina de las calles Maldonado y Paraguay se movilizaron para reclamar que la sala de actos dejara de llevar su nombre y se retiraran de ella los cuadros y placas que le rendían tributo.

Por eso cuando en los últimos días se conoció que el salón volvería a llamarse "Inspector Víctor Castiglioni", la decisión fue criticada por personas que durante la dictadura estuvieron detenidas y fueron torturadas en ese edificio.

El exdiputado frenteamplista Daoíz Uriarte, ex preso político integrante de Crysol, se reconoció como una de las víctimas y anunció que recurriría a "todas las vías legales" para impedir el cambio. El senador Charles Carrera elevó un pedido de informes al Ministerio del Interior para conocer cómo se llevó adelante la resolución. Las críticas incluso llegaron desde el propio partido de gobierno. El senador nacionalista Jorge Gandini contó lo que durante la dictadura vivió en carne propia y destacó el papel desempeñado por Carlos Julio Pereira, recientemente fallecido, para recuperar su libertad.

Víctor Castiglioni: un torturador paradigmático

Así como la prisión política por largos períodos de tiempo fue la metodología seleccionada, prioritariamente, por la dictadura para aplastar todo tipo de resistencia, ella estuvo siempre asociada a la tortura, masiva, sistemática, generalizada, vinculada indisolublemente a los abusos sexuales, sin exceptuar a los menores de edad.

Como Director de la Dirección Nacional de Inteligencia e Información (DNII), el Inspector Víctor Castiglioni fue el líder absoluto de la institucionalización formal, masiva y sistemática, de una manera salvaje, de las torturas, las violaciones y los malos tratos a todas y a todos los detenidos en dichas dependencias. También se lo supo involucrado en las actividades del Escuadrón de la muerte, activo participante en la coordinación represiva en el Río de la Plata y participante activo, también, en episodios represivos que culminaron con ejecuciones extrajudiciales de detenidos.

Un ejemplo a rechazar

Pensar que Víctor Castiglioni pueda ser un modelo a perseguir por una dependencia policial supone una escala de valores errónea, inhabilitante para el ejercicio de un cargo de esa envergadura y una escala de valores incompatibles con el sistema democrático republicano de gobierno de nuestro país desde el 1° de marzo de 1985.

Lo realmente sorprendente es que la propuesta no haya surgido de la mente del Escribano Domenech o del Senador Lozano, contumaces seguidores del encubridor de Nino Gavazzo y próximamente procesado general Guido Manini Ríos sino de un jerarca policial designado por el Dr. Jorge Larrañaga.

La tortura: un crimen de Lesa Humanidad

La tortura, cualquiera sea su forma, su grado, su intensidad, su crueldad, es un acto aberrante que degrada a quiénes la ordenan, la autorizan, la permiten, la silencian y, obviamente, a quiénes la ejecutan. En la actualidad, solamente los integrantes de Cabildo Abierto y de los centros militares, la front face de los terroristas estatales, puede justificarla y defenderla públicamente.

El desconocimiento y el menosprecio de los Derechos Humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad. El Inspector Víctor Castiglioni encarna lo peor de la Policía: la tortura y la brutalidad policial al límite.

El Inspector Diego Fernández ha dado muestras fehacientes de absoluta incompetencia de juicio al pretender fortalecer la dependencia. La tortura es una práctica inaceptable e intolerable en una sociedad libre y democrática. La decisión del Ministro Dr. Jorge Larrañaga de desautorizar al Director Fernández es un gesto valioso, el compromiso con las normas de DDHH de su director es muy dudoso y hasta cuestionable.

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Opinando N° 9 – Año 9 – Viernes 19  de junio de 2020