Haciendo gala de la incontinencia verbal y de la anorexia
cívica que ha caracterizado sus últimos 47 años de existencia, el día de ayer,
viernes 22 de noviembre, el Centro Militar ha difundido un comunicado público
expresando su adhesión a la fórmula Luis
Lacalle Pou y Beatriz Argimón en el acto eleccionario del domingo 24 de
noviembre, gratificándose ante un eventual triunfo de la misma.
El derecho a elegir a sus gobernantes en democracia y en
libertad el último domingo de noviembre
cada 5 años, es una conquista histórica
del pueblo uruguayo todo, en primer lugar
de sus trabajadores, de los miles y miles de ciudadanas y ciudadanos que
por más de una década resistieron el golpe cívico militar y la más oscura y
abyecta dictadura. Es una conquista histórica que tuvo en el NO de noviembre de
1980, rechazando la propuesta de Constitución del gobierno del general Gregorio
Álvarez, su más alta y digna expresión.
En este país, la democracia y la libertad, los más sagrados
derechos populares no le deben nada a las cúpulas militares y, mucho menos, al
Centro Militar.
Como supo decir Alberto Candeau en aquella histórica jornada
al pie del Obelisco, en 1983: “este es un pueblo que conoce sus derechos, sus
deberes y sus responsabilidades. Porque es un pueblo con madurez y cultura
cívica. Porque es capaz de dar al mundo ejemplos únicos y magníficos de
altivez, coraje e Independencia, como el de aquel ya histórico 30 de noviembre
de 1980 cuando dijo NO a la imposición de los detentadores del poder.
Prometeo fue grande porque supo decir que no a los dioses.
Y el pueblo uruguayo es grande porque supo decir que no a los dioses con pie de barro. A quienes, asentados en la fuerza, pretendieron legitimar la usurpación de nuestros derechos sagrados en un proyecto de Constitución que desconocía toda la tradición democrática y republicana de la patria.”
Prometeo fue grande porque supo decir que no a los dioses.
Y el pueblo uruguayo es grande porque supo decir que no a los dioses con pie de barro. A quienes, asentados en la fuerza, pretendieron legitimar la usurpación de nuestros derechos sagrados en un proyecto de Constitución que desconocía toda la tradición democrática y republicana de la patria.”
La desaparición forzada de ciudadanos por parte de
funcionarios del Estado es una práctica
represiva cruel e inhumana que merece la mayor de las condenas en todos
los planos. Una práctica auténticamente condenable y repugnante.
La investigación, el esclarecimiento y la sanción de las
graves violaciones a los DDHH es el principal camino a recorrer para que ellas
no vuelvan a ocurrir. Es un legítimo derecho
de los familiares y es una necesidad estatal irrenunciable. Es un camino imprescindible para afirmar las
normas de derechos humanos, las disposiciones legales, el Estado de Derecho y
afirmar la institucionalidad democrática.
Cualquiera sea el resultado de la contienda electoral del día
de mañana, en el marco de la institucionalidad democrática que prevee la
alternancia de los partidos gobernantes si es la voluntad de los electores,
seguiremos unidos y movilizados, junto a los trabajadores y el pueblo todo,
batallando por afirmar la democracia y las normas de Derechos Humanos y el
juzgamiento y prisión de los responsables de los Crímenes de Lesa Humanidad:
imprescriptibles e inamnistiables.
Llamamos a todas las fuerzas democráticas y patrióticas a
repudiar estas declaraciones de visiones trasnochadas y nostálgicas, ajenas al
gran sentimiento nacional.
Verdad, Justicia, Memoria
Nunca Más, terrorismo de Estado
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