La tortura, el
asesinato y la desaparición forzada
son crímenes de Lesa Humanidad
son crímenes de Lesa Humanidad
A pedido expreso de la Fiscalía Especializada en Crímenes de
Lesa Humanidad, la jueza Staricco dispuso el allanamiento de la vivienda en la
cual reside en régimen de prisión
domiciliaria José Nino Gavazzo. La semana pasada, un equipo policial de
Asuntos Internos se presentó en la casona de Parque Miramar y procedió, por
primera vez desde el retorno a la institucionalidad democrática, a allanar la
residencia, en vida, de un terrorista
estatal. Un paso básico y elemental en cualquier investigación seria de un
hecho delictivo.
Disfrutando plácidamente su prisión domiciliaria |
El operativo, que duró unas cinco horas, sirvió para
incautarse de decenas de “biblioratos” y “varias cajas con documentación” que
contienen información relativa al terrorismo de Estado, según fue informado por
diferentes medios de comunicación.
El allanamiento fue autorizado por la jueza letrada de 7º
turno de Ciudad de la Costa, Elena Iriarte, en tanto la zona de Parque Miramar
forma parte de su jurisdicción.
Luego de restablecida la pretensión punitiva del Estado en
octubre de 2011, hasta el momento el Poder Judicial en su conjunto, salvo honrosas
y destacadas excepciones, ha sido el principal obstáculo para llegar a la
verdad de lo ocurrido con los detenidos desaparecidos y sancionar las graves
violaciones a los DDHH que se cometieron. A diferencia de lo sucedido en
Argentina y Chile donde centenares de represores se encuentran en prisión, aún
con gobiernos claramente de derecha, en Uruguay solo un reducido grupo de
violadores a los derechos humanos ha sido juzgado y condenado.
A pesar de ello, todos los presuntos involucrados en las
graves violaciones, sus abogados defensores, el Centro Militar, sus cómplices y
sus apoyos políticos, económicos, académicos y mediáticos, aducen que el Poder
Judicial es parcial. El alegato político del Gral. Guido Manini Ríos que forzó
su destitución es un ejemplo gráfico de lo que afirmamos. Se victimizan a los
ojos de la sociedad.
Sin justicia no habrá
verdad
Hasta el momento las Fuerzas Armadas no han brindado la
información que permita saber lo ocurrido con los casi doscientos detenidos
desaparecidos. Es una deuda institucional. La Fuerzas Aérea ha reconocido
oficialmente su participación en dos vuelos que transportaron detenidos en
forma clandestina. Proporcionó, además, la información que permitió ubicar los
restos de Ubasgesner Chaves Sosa.
Llegar a la verdad de lo ocurrido, esclarecer los hechos,
cuando los responsables institucionales, las Fuerzas Armadas, se niegan a
proporcionar la misma, es patrimonio exclusivo del Poder Judicial, quien tiene
el monopolio de la actuación al respecto. La investigación criminalística que
solo el Poder Judicial, con el auxilio de la Policía, puede llevar a cabo de
acuerdo a las disposiciones constitucionales, es el camino para romper el
silencio delictuoso de todos los involucrados.
En estos años han habido
pequeños avances, pero la Suprema Corte de Justicia, tal como lo anunció
el expresidente de la misma Dr. Jorge Ruibal Pino en el año 2013, ha continuado
siendo “una muralla” inamovible. Desde la designación de la Dra. María Elena
Martínez como integrante de la misma en el año 2017 han recrudecido las
posturas que privilegian el derecho de los terroristas estatales antes que el
de las víctimas y a la necesidad de que
haya justicia para evitar la repetición de los hechos.
Ha continuado tolerando, incluso, todas las chicanas habidas
y por haber presentadas por los defensores para enlentecer las causas y
paralizarlas. Ha permitido la total condescendencia hacia los criminales para
que obtengan el beneficio de la prisión domiciliaria y tengan una vejez
agradable y apacible, tal como lo puso al desnudo el reportaje impúdico, hace
unos días, del vocero oficial del terrorismo de Estado.
Tribunales de Honor
vergonzosos
Una parte importante de los generales en actividad sigue despreciando la Constitución y el
sistema democrático republicano de gobierno. Se nota claramente al leer la
Resolución de los Tribunales de Honor que juzgaron las conductas de los
criminales José Nino Gavazzo, Ricardo
Maurente y Jorge “Pajarito” Silveira. El
Honor de nuestras actuales Fuerzas Armadas acepta, sin ninguna molestia
o malestar, las acciones que el conjunto de la sociedad uruguaya considera
abominables y sancionables penal y
moralmente.
Es lo que surge en la interpretación que los generales que
integraron dichos tribunales, Juan
Fajardo, Alfredo Erramún y José González, realizaron y realizan de las
normas vigentes y de la doctrina de honor de las Fuerzas Armadas. La firma de
los tres militares en las conclusiones amerita haber sido pasados a retiro forma inmediata por el
Presidente de la República y el pasaje a la justicia ordinaria por
encubrimiento.
Lo mismo sucede con aquellos que integraron el Tribunal de
Alzada. Demostraron ser absolutamente antidemocráticos, desconociendo las
normas constitucionales. Revelaron una complicidad alarmante con los
principales criminales de nuestro país, un desprecio absoluto por las
decisiones del poder judicial.
Para los tres generales, torturar, asesinar y desaparecer
ciudadanos, son conductas honrosas que no dañan ni la moral ni el prestigio de la institución.
Revelan un ideal de institución absolutamente contrario a las normas
constitucionales vigentes y a la sensibilidad de la inmensa mayoría de la
población. Son indignos de permanecer como generales en actividad por su claro
pronunciamiento golpista. Igual situación se ha vivido en la Armada en el
Tribunal de Honor que juzgó a Larcebeau.
Mucho camino para
transitar
La creación del Grupo de Trabajo por Verdad y Justicia (GTVJ)
al comienzo del actual gobierno fue un gran avance político, más allá de los escasos
logros obtenidos. Se trasmitió al sistema político, al conjunto de la sociedad,
un mensaje claro y elocuente.
La creación de la Fiscalía Especializada en crímenes de Lesa
Humanidad ha sido también un paso importante, otro claro mensaje del Poder
Ejecutivo y del Poder Legislativo en cuanto a su compromiso con las normas
internacionales de DDHH y con la justicia, un importante paso adelante, pero
que no está en condiciones de derribar, aparentemente “la muralla de la impunidad” en la SCJ.
La impunidad, los terroristas estatales, siguen teniendo
apoyos importantes a todos los niveles, incluso a nivel parlamentario. La
movilización permanente y constante ha permitido obtener los logros alcanzados
hasta ahora. Habrá que redoblarla, convocando al conjunto de la ciudadanía. El
próximo 20: todos a la calle!
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Opinando N° 5 – Año 8 – Martes 14 de mayo de 2019