Páginas

viernes, 31 de agosto de 2018

Los mismos sospechosos de siempre



En la noche del sábado pasado vandalizaron el Memorial a los Detenidos Desaparecidos, en el Parque Vaz Ferreira  en el Cerro de  Montevideo. En el lugar arrojaron dos latas de pintura que ensuciaron las paredes de cristal que contienen los nombres. El memorial homenajea a los más de doscientos uruguayos detenidos desaparecidos en el Marco del Plan Cóndor.


Cada vez que la justicia comienza a actuar con respecto a las graves violaciones a los Derechos Humanos ocurridas durante el período del terrorismo estatal, a cumplir con las obligaciones  exclusivas que la Constitución le otorga, se llevan a cabo acciones desestabilizadoras de distinta naturaleza. Para obstaculizar y frenarla.  Ocurrió en diciembre de 1986 cuando se generaron las condiciones que pretextaron  la presentación de la Ley de Caducidad y motivó a que Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos impulsara el Referéndum para derogarla.

Se siguió llevando a cabo en diferentes instancias a lo largo de estos treinta y tres años de retorno a la institucionalidad democrática. Ocurre nuevamente ahora, en el mismo momento en que base a la actuación de la Fiscalía Especializada en Crímenes de Lesa Humanidad se han comenzado a reactivar las causas en diferentes juzgados y presuntos criminales han sido convocados a declarar.

La Justicia es el camino de la Verdad

La justicia tiene un papel de primer orden. El castigo de los delitos es fundamental para evitar que vuelvan a repetirse. La sanción penal es un acto de justicia, orientado a asegurar la paz social, a evitar la justicia por mano propia. Esencialmente,  el castigo  es fundamental para evitar que vuelvan a reiterarse las conductas inadecuadas. Es el único camino. El decisivo.

Hasta la entrada en vigencia el año pasado del Nuevo Código del Proceso Penal, en Uruguay, el  poder judicial tenía el monopolio exclusivo de la investigación de las actividades con apariencia delictiva. Poseía todas las potestades imprescindibles para que las investigaciones pudieran prosperar y ser exitosas: hacer comparecer, con el auxilio de la fuerza pública, incluso, a todos los testigos y a los presuntos involucrados.

Asimismo, podía interrogarlos, tomarles declaración, hasta privarlos de su libertad si las circunstancias lo ameritaban. También podía disponer allanamientos en domicilios, inspeccionar lugares, solicitar acceso a archivos y a documentación oficial.

La investigación criminalística es fundamental

La investigación  judicial y criminalística de los delitos es una pieza esencial y clave para llegar a la verdad, para esclarecer lo sucedido: el qué, el cuándo, el dónde, el cómo, el porqué. Los investigadores, recurriendo a todos los medios posibles, deben esclarecer los hechos, identificar a los responsables, a los autores materiales y también a los instigadores o autores intelectuales.

La actual investigación parlamentaria sobre espionaje desarrollado por las Fuerzas Armadas en democracia ha dejado en evidencia que es posible avanzar cuando quienes la realizan son tesoneros y están comprometidos con la labor. Pero tienen un límite. Solo concurren a declarar quienes lo desean, en las condiciones en que lo desean. Al no concurrir quedan en evidencia y expuestos ante la opinión pública y la ciudadanía. Para proseguir las investigaciones hasta el hueso, a fondo, hay que dar intervención al Poder Judicial: puede convocar y hacer concurrir a todos los involucrados aunque no lo deseen, con el auxilio de la fuerza pública.

Sin temor: el poder judicial puede y DEBE seguir actuando

El destino de todos y de cada uno de los Detenidos Desaparecidos es y seguirá siendo una herida abierta y vergonzosa de la democracia uruguaya. La desaparición forzada es un delito atroz y permanente, que se sigue cometiendo hasta que la misma se dilucide fehacientemente.

Saber la verdad sobre estos crímenes de lesa humanidad, sobre todas las graves violaciones a los derechos humanos ocurridas durante el terrorismo estatal, no es una tarea para un grupo escogido y selecto de investigadores y/o personalidades. Es una responsabilidad estatal, de los tres poderes,  que debe ser asumida muy especialmente por la principal herramienta del Estado de acuerdo a las disposiciones constitucionales: el Poder Judicial.

La justicia no es un obstáculo para llegar a la verdad como afirmó hace unos años el Gral ® del Aire José Bonilla. Fue la falta de actuación de la justicia, debido a la vigencia durante más de dos décadas de la Ley de Caducidad, lo que impidió avanzar decisivamente en todos los temas del pasado reciente. Desde octubre del año 2011, ley 18 831 mediante, no existen más obstáculos legales. El Artículo 1° de dicha ley restableció plenamente la pretensión punitiva del Estado para los crímenes del terrorismo estatal.

La dictadura fue una gran tragedia nacional. Fue un proyecto integral de país al servicio de los grupos empresariales privilegiados, de la ciudad y del campo. Sus efectos duran hasta el día de hoy. Los costos previsionales de las hiper desarrolladas FFAA de aquel período exigen un desembolso de más de 500 millones de dólares a Rentas Generales anuales hasta el día de hoy. El pasado reciente sigue siendo de palpitante actualidad.

En momentos en que el Parlamento debate una tenue y tímida reforma de la Caja Militar y la justicia da pasos pequeños, estos mensajes son preocupantes. La ciudadanía debe ser convocada a rechazarlos, con todo el peso de la masiva movilización ciudadana.

---------
Opinando N° 8 – Año 7–  Martes 28 de agosto de 2018