Relator de la ONU: “Es muy importante tomar acciones
concretas que van mucho más allá que esperar que los viejitos se mueran”
La diaria - 7 10 13 - Por Lourdes Rodríguez
Relator de la ONU, Pablo de Greiff. Foto de Pablo Rincón |
La primera visita oficial del relator especial de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre la promoción de la verdad, la
Justicia, la reparación y las garantías de no repetición, el colombiano Pablo
de Greiff, culminó el viernes con la presentación de un informe preliminar* con
recomendaciones y observaciones al Estado uruguayo. La versión final será
elevada al Consejo de Derechos Humanos en setiembre de 2014.
El nombre de la relatoría enumera los cuatro pilares de la
Justicia Transicional (JT). No es un tipo de justicia sino una forma de
abordarla en épocas de transición desde una situación de conflicto o de
represión por parte del Estado. La visita de De Greiff tuvo como cometido
evaluar las medidas adoptadas por Uruguay con relación a la última dictadura en
cada uno de los cuatro pilares. Desde el inicio de su estadía, el 30 de
setiembre, mantuvo encuentros con organizaciones vinculadas al tema así como
con actores de los tres poderes, incluyendo al presidente José Mujica; los
ministros de Defensa Nacional, Eleuterio Fernández Huidobro, y del Interior,
Eduardo Bonomi; el fiscal de Corte, Jorge Díaz; y los integrantes de la Suprema
Corte de Justicia (SCJ).
De Greiff admite que hubo avances, pero señala que Uruguay
“tiene un capítulo importante de su pasado reciente sin resolver adecuadamente”
y entiende que “nada parece amenazar más las posibilidades de progreso en el
área de la justicia que decisiones recientes de la SCJ”. Además llamó la
atención sobre el hecho de que no recibió “información suficientemente
detallada acerca de los planes concretos de las reformas realizadas a las
fuerzas de seguridad y a aquellas todavía en desarrollo, para asegurar que las
violaciones pasadas no se repetirán”.
-De la lectura de su informe podría interpretarse que la
Justicia es, de los cuatro, el pilar más debilitado. ¿Es correcto?
-Mi intención no era hacer un énfasis en alguno de los
pilares. Desde el principio he intentado insistir en la importancia de los
cuatro pilares. Cada área es asunto de derechos, no se hace en términos de
favores o solidaridad con nadie. Hay experiencia internacional como para poder
afirmar que las medidas funcionan mejor cuando son diseñadas e implementadas
como parte de una política integral. En Uruguay se le ha prestado muchísima más
atención a la vía judicial que a cualquiera de las otras tres y sería
conveniente establecer un mejor balance entre las diferentes medidas. Una
recomendación muy fuerte es establecer mecanismos de esclarecimiento que
beneficien a un grupo muy grande de víctimas -el más grande que tiene este
país-, que son las víctimas de la detención y la tortura. No se reduce a una
cuestión de números, pero si se quiere entender bien el fenómeno es muy
importante establecer mecanismos de esclarecimiento que tomen muy en serio y
que le presten mucha más atención a estas víctimas. No es un argumento para
prestarles menos atención a las víctimas de desaparición y sus familiares, es
en favor de darle más atención a un grupo de víctimas que ha sido relativamente
desatendido.
-Usted llamó la atención sobre las recientes decisiones de la
SCJ. Cancillería anunció que el traslado de Mariana Mota será incluido en el
informe para el Examen Periódico Universal (EPU) del Consejo de Derechos
Humanos de la ONU. ¿También debería incluir la declaración de
inconstitucionalidad de la ley que dejó sin efecto la Ley de Caducidad?
-En este momento quiero abstenerme de hacer recomendaciones a
la cancillería sobre qué incluir, pero hago una observación general. El EPU
funciona mejor en la medida en que los temas más sustantivos y que generan
precisamente más retos, son incluidos como parte de la agenda. El sistema está
diseñado como un mecanismo mediante el cual los diferentes estados pueden
apoyar a otros en temas de importancia fundamental del cumplimiento de las
obligaciones con respecto a derechos humanos. Por lo tanto, hacer una agenda
amplia pero que seleccione muy bien los temas de discusión mejora el mecanismo.
El relator
Asumió el cargo en mayo de 2012. Desde 2001 es director de
Investigaciones del Centro Internacional para la Justicia Transicional, una
organización sin fines de lucro con sede en Nueva York. Es autor de numerosos
artículos sobre los procesos de transición hacia la democracia, la teoría
democrática y la relación entre moralidad, política y Derecho; ejerció como
docente de Filosofía en universidades de Europa y América; y realizó asesorías
a gobiernos y ONG vinculados a Justicia Transicional, cuestiones de género y
vínculos entre la Justicia, la seguridad y el desarrollo.
-Imaginemos un escenario en que los cuatro pilares funcionan
plenamente. ¿Cómo puede operar el Estado frente al silencio de los victimarios?
-Las normas de derecho se aplican en forma igual para todos
los ciudadanos. Dentro de procesos judiciales no se puede obligar a nadie a
hablar o a autoincriminarse, por lo tanto hay un límite del Estado. Pero creo
que un aumento en la eficacia de la capacidad investigativa del Estado aumenta
la posibilidad de que se conozca la verdad acerca de hechos que conciernen a
individuos que se rehúsan a hablar. Además, hay mecanismos no judiciales,
incluyendo comisiones de verdad, que en algunos casos han logrado obtener
información acerca de hechos de violaciones sistemáticas a los derechos humanos
con y sin la colaboración directa de los perpetradores.
-Al tratarse de hechos recientes, es habitual que sus
protagonistas se conviertan en integrantes de gobierno y, por lo tanto, en
representantes del Estado. ¿Cómo juega esto teniendo en cuenta que éstos son
los actores que deben diseñar las políticas que usted menciona?
-Es importante establecer una diferencia entre la
participación y la membresía de grupos -aun de grupos armados en conflictos- y
la responsabilidad por perpetrar serias violaciones a los derechos humanos. Es
cierto que muchas transiciones negociadas se constituyen por gobiernos mixtos,
es decir, que tienen participación de antiguas fuerzas en conflictos, pero eso
no quiere decir que ésos sean individuos que hayan tenido participación directa
en la violación de derechos humanos. La tendencia legal es que hay ciertas
categorías de violaciones que no merecen la amnistía, y la imposibilidad de
amnistiar ese tipo de crímenes hace difícil, por lo menos a corto plazo, la
participación directa [en los gobiernos] de individuos responsables por la
comisión de esas categorías de crímenes. Estos cuatro pilares no impiden en
absoluto la conformación de gobiernos de unidad nacional ni la participación en
la vida política de forma prospectiva de agentes que participaron en contiendas
aun armadas, bajo la asunción, por supuesto, de que no son directos
responsables de violaciones a los derechos humanos.
-En el caso de Uruguay, la teoría de los dos demonios es
sostenida por algunos de los protagonistas de los hechos del pasado reciente
que ocupan cargos de gobierno claves en la formulación de medidas de
reparación, verdad, justicia y garantías de no repetición.
-Conlleva cierto peligro asumir que un conflicto armado
legitima cualquier comportamiento. Aun en contextos de guerra hay normas que no
se pueden violar. Uruguay no estuvo en situación de guerra. Pero la teoría de
los dos demonios parece sugerir que las consecuencias de haber participado en
la insurgencia, puesto que eran predecibles, no merecen atención especial, y yo
creo que ése es un debate que sería saludable dar, porque aún en situación de
conflicto, la tortura, por ejemplo, es ilegal.
-Mujica sostiene que el tema de la dictadura acabará “cuando
se mueran todos”. Procesos como el franquismo contravienen esas palabras. ¿Cómo
aborda la JT la herencia generacional?
-Tuve la ocasión de discutir esto con el presidente. Esa
posición conlleva un problema y es que asume que los comportamientos no dejan
rastros en las instituciones ni en los individuos que sobreviven.
Para prevenir
la repetición de los hechos es que se aspira a que haya cierto efecto en la
transformación de convicciones individuales, sociales e institucionales acerca
de lo que es aceptable y lo que no.
La alternativa, que es no hacer nada o
concentrar los esfuerzos sólo en un pilar, ha demostrado que no es suficiente
para hacer que la gente olvide. Para la transformación de las prácticas
institucionales como de los posibles traumas culturales de quienes sobreviven
es muy importante tomar acciones concretas que van mucho más allá que esperar
que los viejitos se mueran.
-Tuvo la oportunidad de visitar el Batallón 14. ¿Qué
impresiones se lleva?
-Escuchar de las condiciones en las cuales los cuerpos fueron
enterrados es una expresión bastante concreta de lo que venimos hablando. Me
resultó increíblemente conmovedor.
---------