La República. 13 11 10. Por Gustavo González Analista
El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, en la semana anterior se despachó con declaraciones de prensa a favor, sin dudar un ápice en su solidaridad para con el general Dalmao, quien hoy se encuentra investigado por la Justicia por el asesinato de una compañera presa política en el período de la dictadura.
Pero estas declaraciones hay que enmarcarlas en el reclamo realizado también hace pocos días por una movilización que llegó hasta las puertas del Ministerio de Defensa, por militares y familiares de éstos que reclamaban mejoras en el Hospital Militar, donde por micrófonos de la TV se oyeron consignas tales como "volveremos, volveremos".
Si le sumamos a ello la solicitud de los militares retirados publicada en varios medios de prensa reivindicando el mejor trato a las Fuerzas Armadas, la situación es realmente preocupante.
Y si seguimos analizando las idas y venidas de senadores del Frente en cuanto a la derogación de la ley de impunidad, la realidad es más compleja aún.
Frente a anteriores declaraciones de Rosales a favor de que no se tocara la ley de impunidad, existió por parte del Poder Ejecutivo una "amonestación leve" que en realidad es nada o casi nada.
Las Fuerzas Armadas de este país hasta el momento no han tenido ningún atisbo de autocrítica en cuanto a su proceder en el período de la dictadura, es decir frente a torturas salvajes, muertes, desapariciones realizadas por integrantes de ellos. Por lo tanto su derecho a ser bien tratados carece de todo valor moral, ético y político. Ya están los asesinos y torturadores en una cárcel VIP, no precisamente recibiendo el inhumano trato que ellos dieron a sus víctimas.
Pero toda esta indefinición de efectivamente castigar con todo el peso de la ley a quienes mancharon sus manos con sangre de nuestro pueblo, no hace más que dar impulso a los reclamos que estamos teniendo que soportar a diario, yo diría además que tiene grandes rasgos de desestabilización, lo cual pareciese preocupar a poca gente.
A no mentirse: quien no fue capaz de reconocer los horrores cometidos sigue fundamentando el golpismo, sigue creyendo en la teoría macabra de "los dos demonios".
Ni hablemos de la corrupción en la Armada Nacional, que no hace más que demostrar la putrefacción existente en los mandos de esa fuerza.
Debemos reparar en esta situación que es realmente preocupante, no precisamente sumarse a los cantos de sirena de que los que desestabilizan son los sindicatos y sus reclamos ¡por favor! Las medidas de lucha asumidas por los sindicatos son por mejores condiciones de vida, son para profundizar en definitiva los cambios por todos esperados.
¿Qué dirá Rosales si se llega a dar que la Justicia encuentre culpable a Dalmao? ¿seguirá siendo solidario con su camarada de armas?.
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