La República. Jueves 29 de julio de 2010. Por Víctor Brindisi. Maestro
Con este pensamiento encabeza el Movimiento de Educadores por la Paz, el Acto que el 30 de julio realiza en homenaje al Maestro Julio Castro, a las 18 horas, en el Museo Pedagógico. El 1ro. de agosto de 1977 Julio es secuestrado en plena vía pública, saliendo de su domicilio, conducido a un Centro de detención y tortura en la Av. Millán, donde fallece el 3 de agosto víctima de las torturas aplicadas.
Queremos, en este breve artículo expresar tres consideraciones fundamentales:
1-La profunda preocupación que tenemos para que se logre esclarecer la Verdad sobre la circunstancias del secuestro, desaparición y asesinato de Julio.
Deseamos también que se logren las mismas en relación a todos y cada uno de los casos ocurridos durante la dictadura militar. Podemos tomar un camino de convivencia sobre la base de Verdad y Justicia.
Es necesario que la justicia investigue, y para ello es necesario impedir que la ley de Caducidad ponga trabas legales. De allí del interés de que por alguna de la vías posibles se logre.
Actualmente la denuncia penal de familiares de Julio Castro va a ser elevada al Poder Ejecutivo para una nueva consideración del caso. Deseamos, creemos que si se cumple la instancia se logrará abrir el camino.
2- Exhaltar la importante contribución de Julio Castro al pensamiento pedagógico nacional y latinoamericano.
Desde joven, unió su veta de educador al periodismo. Y ya en el año 1933, resaltaba " El valor pedagógico de la prensa", en un artículo publicado el 18 de marzo en Acción.
A partir de la década del 40 comienza una etapa de publicaciones como "El Analfabetismo", "El banco fijo y la mesa colectiva: vieja y nueva Educación", "La Escuela Rural en el Uruguay" y otras, junto a una permanente actividad periodística en Marcha, publicación que honra al Periodismo Nacional, donde tuvo una actuación importante junto a su Director Carlos Quijano.
Además de su obra escrita, Julio participa en forma destacada en importantes instancia de la tarea educativa en el país, de las cuales mencionamos:
-Congresos de Maestros Rurales en 1944 y 1945,
- acompaña a jóvenes estudiantes en la 1ra. Misión Socio Pedagógica en Caraguatá, departamento de Tacuarembó, que abrió el rumbo de una riquísima experiencia en el campo educativo.
- Contribuyó en forma destacada en la elaboración del Programa de Educación Rural, surgido en el Congreso de Maestros de Escuelas Rurales y Granjas que se realizó en Piriápolis en enero de 1949, donde se consideraron los fundamentos y fines de la educación en las zonas rurales.
Ya en 1952 comienza a cumplir importantes tareas en el plano internacional, trabajando en la Subdirección del Crefal, en México, destinado a la formación de especialistas de todos los países latinoamericanos en la Educación Fundamental.
Recorre América Latina, conociendo la vida de los pobres, de los indígenas, que trasmite en forma admirable en un breve libro que tituló "Cómo viven los de abajo en América Latina".
Trabaja durante ese período, hasta 1971 en múltiples actividades encomendadas por la Unesco, elaborando él, o contribuyendo en Comisiones especiales, valiosos documentos sobre Educación, en México, Ecuador, Perú, Chile y muchos otros países.
3- Destacar la figura de Julio como un luchador, social, político, como un hombre comprometido con su país, con sus hermanos, con la libertad, la democracia.
Nunca escapó a los compromisos de hablar y actuar con franqueza, con sencillez. Su importante labor periodística está destinada a calar en lo más hondo, a combatir sin prejuicios los males que azotaban el país y la región, el imperialismo del norte, la explotación de los pobres, la miseria en que vivían millones de campesinos en el continente.
Julio Castro era conciente de que la dictadura, en su tarea represiva reprimía, torturaba, asesinaba. Prefirió quedarse, como dice en algunas de sus cartas, a ayudar a los compañeros: "Seguimos aquí porque todavía somos útiles para algunas pequeñas cosas"--"No podemos siquiera organizar un grupo de ayuda, ni reunirnos algunos para ver qué se puede hacer. Hay colegas que no tienen qué comer. Hay otros que se quedan sin casa".." Aquí las cosas siguen igual, con signos de descomposición y el correspondiente tufo"
La deuda de la sociedad Uruguay con el Maestro Julio Castro es grande.
Como dijo Carlos Quijano "Un día nosotros haremos justicia a Julio. Y si el tiempo se nos va, otros lo harán por nosotros".