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viernes, 28 de mayo de 2021

La bata manchada

                   MÉDICO MILITAR IMPUTADO POR ABUSOS 

                            A EX-PRESOS POLÍTICOS

Mauricio Pérez – Brecha - 28 mayo, 2021

La Justicia interrogó a un médico militar imputado por delitos de abuso de autoridad contra ex-presos políticos. Diversos testimonios lo ubican como un partícipe directo de la represión en el 300 Carlos y con activa participación en el parto de María Claudia García.

Ramón Rodríguez de Armas, médico imputado por torturas, junto a la abogada
Graciela Figueredo, a la salida del juzgado 
Mauricio Zina

Por debajo de la venda o directamente mirándolo a los ojos, una decena de ex-presos políticos reconocieron al médico militar Ramón Rodríguez de Armas como uno de los profesionales que los atendió durante su cautiverio y que controlaba las sesiones de torturas en centros clandestinos de detención durante la dictadura.

El jueves 20, Rodríguez de Armas compareció ante la Justicia, como parte del proceso de indagatoria penal por el secuestro de Enrique Rodríguez Larreta, reactivada en 2011 a partir de la denuncia penal presentada por Elba Rama y otras sobrevivientes del centro clandestino argentino Automotores Orletti. 

Fue una instancia clave para la causa. Sobre fines de 2020, el fiscal Ricardo Perciballe solicitó su procesamiento con prisión por un delito de abuso de autoridad contra los detenidos (La Diaria, 24-XII-20). Ahora, la jueza Silvia Urioste lo interrogó en audiencia ratificatoria, previa al dictado de su resolución. 

En ese ámbito, el médico militar intentó rebatir las acusaciones de decenas de víctimas que lo identifican como Óscar 5, integrante del Órgano Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA), activo en centros de represión como el 300 Carlos y la casona de Punta de Gorda, y en la sede del Servicio de Información y Defensa (SID), ubicada en Bulevar Artigas y Palmar. 

Esos testimonios señalan a Óscar 5 como partícipe del falso operativo del chalet Susy, en Shangrilá, mediante el cual se pretendió blanquear la situación de varios militantes del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), detenidos en Argentina y trasladados ilegalmente a Uruguay en el primer vuelo de Orletti. Según esos relatos, fue el encargado de ocultar los rastros de la tortura y hacer que los detenidos tuvieran un mejor aspecto físico en el momento de la falsa detención. 

Alicia Cadenas declaró: «En un momento, cuando nos sacaron a tomar sol, el médico torturador Óscar 5 dijo: “A estos hay que darles algo para que se recuperen porque van a parecer cadáveres”». Incluso, algunos presos políticos señalan su participación en Orletti. Sergio López Burgos, fallecido en 2013, declaró que le dio una pastilla rosada cuando era torturado con la picana eléctrica y reconoció su voz «jadeante y asmática». 

En tanto, Elba Rama y Sara Méndez lo señalaron como el médico que asistía a la sede del SID para atender a María Claudia García, embarazada de su hija, Macarena. Cadenas dijo que el médico fue notificado por radio cuando la joven argentina estaba por dar a luz y que fue este quien ordenó que la trasladaran al Hospital Militar. 

IMAGEN IMBORRABLE

Tras el pedido de procesamiento contra Rodríguez de Armas, la indagatoria ingresó en sus últimas etapas. Esto implicó la declaración del imputado y de varios testigos, entre ellos, el expresidente de la Junta Anticorrupción y exintegrante del PVP Ricardo Gil Iribarne. 

En su declaración, a la que accedió Brecha, el exjerarca recordó que fue detenido en 1976, en Colonia, por actos de propaganda, y que fue trasladado a diversos centros de detención: el FUSNA, el Grupo de Artillería N.º 1 y el 300 Carlos (o Infierno Grande), ubicado a los fondos del Batallón N.º 13. Fue interrogado y torturado sistemáticamente. Y apuntó que las torturas se intensificaron en el 300 Carlos, tras la detención de los militantes del PVP en Argentina. 

En este marco, reconoció a Manuel Cordero y Jorge Pajarito Silveira como algunos de los partícipes de su tortura. Y aseguró que existe una persona que mencionó en anteriores declaraciones cuya identidad desconocía hasta hace poco: un médico que actuaba en el 300 Carlos bajo el alias Óscar 5. 

Según Gil Iribarne, a ese médico lo vio en cuatro oportunidades: «La primera vez le vi el rostro por debajo de la venda; la segunda vez no le vi la cara […] creo que fue él, pero con menos certeza». La tercera vez fue tras una importante lesión que sufrió en la tortura: «Al otro día va a revisarme, lo primero que me dice es: “Gringo, vos seguís acá –los oficiales me decían Gringo–, vos no entendés que estos te van a matar”, y ahí corrige y dice: “Bueno, te vamos a matar”». La cuarta vez fue tras ser golpeado reiteradamente con un rebenque: «Les dice que me tienen que tener boca abajo por varios días hasta que ceda la inflamación […] en esa oportunidad lo volví a ver, nunca me sacaron la venda, pero lo vi por debajo de ella». 

Ante la jueza, Gil Iribarne lo describió físicamente: «Era un hombre fornido, tirando a obeso, cabeza grande, peinado hacia atrás con el pelo chato, hablaba en voz baja. Yo calculo que tenía como 40 años. Se vestía de sport, saco y camisa sin corbata. De lo que no tengo mucha idea es de su estatura, ya que estaba acostado, parecía de estatura normal, pero no tengo referencia». 

Nunca más lo vio, pero en diciembre de 2020 pudo identificarlo: «Leí la información de que se lo acusaba de ser Óscar 5 a un médico llamado Ramón Rodríguez de Armas, una de las notas de prensa incluía una fotografía, que no tengo dudas de que se corresponde con quien yo conocía como Óscar 5. Reitero que siempre fui cuidadoso de no acusar a nadie si no estoy plenamente convencido». Por eso, decidió comunicarse con fiscalía. 

Tras ser interrogado por la defensa, Gil Iribarne confirmó la participación en actos aberrantes, al actuar en un galpón con gente torturada: «Estar atado y vendado durante meses y que me digan “te vamos a matar”, si eso no es aberrante, no sé qué es». Y afirmó que eso no es contradictorio con los tratamientos que les brindaban: «Obviamente no hizo nada por evitar la tortura […] como cuando me dio una inyección cuando estaba colgado, su objetivo no era cuidarme, sino que me siguieran interrogando». 

El jueves 20, la jueza Urioste interrogó a Rodríguez de Armas. En esa instancia, el médico –equiparado a teniente coronel– afirmó que trabajó en diversas instituciones, entre ellas, el Hospital Militar y que conocía a Pajarito (por Silveira), pero que no tenía ningún vínculo actual con él: «Creo que estuvo en el Hospital Militar, no lo sé decir». 

Durante la audiencia, se le preguntó si atendió a detenidos en el SID: «No, yo atendí en el Hospital Militar desde que ingresé hasta que egresé [entre 1971 y 1996] ». Al preguntarle si alguna vez fue al SID, también contestó en forma negativa: «Alguna vez me dejaban estacionar, pero dentro del SID nunca estuve. Solo en el estacionamiento». 

La jueza le preguntó si alguna vez había atendido a María Claudia García: «No, no tengo noción de quién es esa persona». También le preguntó si atendió partos de detenidas: «Pude haber atendido alguna en el Hospital [Militar], pero no sé diferenciar, no había diferenciación allí». Y admitió que en algunas oportunidades fue al penal de Punta de Rieles para hacerles los controles ginecológicos a presas políticas. 

En este contexto, el médico militar rechazó las declaraciones de un exoficial de la Fuerza Aérea, quien dijo conocerlo y lo asoció con la operativa del OCOA. Rodríguez de Armas dijo no saber quién es ese oficial y aceptó tener un careo para clarificar las diferencias entre ambas declaraciones. El careo se llevará adelante el 10 de junio. Luego, la jueza Urioste estará en condiciones de dictar su fallo.

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