La famosa letra chica
Miles de jubilados y pensionistas decepcionados y
frustrados. Lamentable lo del BROU.
En un contexto generalizado de instituciones financieras y
crediticias de plaza anunciando medidas para paliar las dificultades
económicas, el pasado 24 de marzo, el Banco de la República (BROU) difundió un
comunicado, con grandes caracteres, en su página web, con el siguiente título:
“Emergencia sanitaria: postergación del pago de obligaciones”. El mensaje,
descartando la demagogia fácil o la mala intencionalidad, es muy sugerente en
lo que anuncia.
Rienda suelta a la imaginación
A continuación especificaba: El BROU brindará a sus clientes
la posibilidad de postergar el pago de obligaciones, tomando en consideración
la especial situación que atraviesa el país por la emergencia sanitaria. En
todos los casos el beneficio podrá otorgarse a clientes con deudas vigentes al
29 de febrero de 2020.
Más adelante detallaba quiénes eran los potenciales
beneficiarios, dejando en claro que incluía los préstamos al consumo (crédito
social): jubilados, pensionistas y funcionarios públicos. Si bien el texto
aclaraba que el mecanismo era opcional y debía realizarse mediante la modalidad
de renovación a través de la página web del Brou, a partir del 6 de abril, en
ningún lugar del comunicado se mencionaba que esta opción era onerosa.
Tampoco se especificaba cual era el interés que se debía
abonar en caso de acceder a este supuesto beneficio, para que de manera
indirecta, la imaginación fuera advertida de que no debía volar.
Como además, en las líneas siguientes se dejaba en claro que
en el caso de los trabajadores privados esta postergación era automática y
tampoco se hacía mención a que tuviera un costo, es fácil sacar conclusiones.
Miles y miles de jubilados y pensionistas se hicieron a la idea de que podrían
postergar el pago de tres cuotas de los préstamos y que podrían tener un
respiro en los meses siguientes, cuando se hiciera sentir el rigor económico de
la pandemia.
Brou: Evitar sorpresas desagradables
Para que no fueran sorprendidos en su buena fe, la semana
pasada, Crysol alertó a sus asociados, a través de sus comunicaciones, que la
postergación de las cuotas era onerosa.
Al mismo tiempo se consideró equivocada la manera en que el
Banco presentó la información. El BROU debería haber señalado explícitamente
que la postergación del pago de los préstamos tenía un costo y debía haber informado de manera explícita el monto de los
intereses, para que los potenciales usuarios pudieran tomar una decisión informada.
AEBU: “Hacen negocio con los jubilados y los empleados
públicos”
El mismo día, la semana pasada, el sindicato de los
trabajadores bancarios se manifestó públicamente acerca de este tema. El
sindicato acusó al banco de “hacer negocio” con los trabajadores públicos (se
incluye a los jubilados y pensionistas) en medio de la pandemia y además
asegura que los beneficios se comunicaron mal. “Nosotros no estamos de acuerdo
con esta manera de implementarlo”, dijo Gonzalo Pérez, dirigente del sector. Al
mismo tiempo se cuestionó el hecho de que se habilitara en forma masiva la
asistencia a las sucursales, en medio de la pandemia, para llevar a cabo la
renovación de los préstamos.
Una medida del gobierno que pretendió aliviar a quienes
usufructúan los créditos sociales del Banco República se volverá en contra de
sus pretendidos beneficiarios: la postergación de las amortizaciones mensuales
por tres meses les significará un recargo por intereses. Este es un tratamiento
bien diferente que el que reciben de la banca los trabajadores privados,
quienes sí tendrán derecho a esa prórroga, pero sin pagar recargos por
usufructuarla.
El consejero central de AEBU, Gonzalo Pérez, explicó a
Informe Nacional de Radio Uruguay que «en el caso de los trabajadores privados
efectivamente hay un diferimiento automático de tres meses en las cuotas de los
créditos. En el de los trabajadores públicos o de los pasivos, en cambio, hay
que hacer una renovación del crédito social a los efectos de que se posterguen
estas cuotas». Y este es un punto problemático: «Al hacer la renovación del
crédito social el banco está cobrando intereses por los tres meses en que se
aplaza el pago de la cuota. Esto implica que la cuota mensual que el trabajador
paga habitualmente por un préstamo se incrementa, y por lo tanto en el futuro
tendrá que pagar más. Se trata de una operativa en la que el cliente, ya sea
trabajador público o pasivo, no se lleva ningún peso, y sin embargo el Banco
República sí le cobra intereses por el tiempo que se posterga el cobro».
Postergación automática para todas y todos
En una situación en que las organizaciones sociales que
nuclean a los perjudicados tienen grandes dificultades para movilizarse e
incluso fijar posición institucionalmente, el papel asumido por AEBU debe ser
apreciado y saludado.
El sindicato bancario ha reclamado, además, que el
Directorio del BROU revea la decisión adoptada y que la postergación de tres
cuotas, sin recargos, sea extensiva a todos los usuarios de créditos sociales,
a menos que declaren expresamente su voluntad en contrario.
Este beneficio que reclama AEBU y que seguramente contará
con el respaldo del Secretariado Ejecutivo del Pit Cnt, de la Onajpu y de la
Intersocial en los próximos días, es razonable y necesario. En medio de la
crisis y de la incertidumbre que agobia a centenares de miles de hogares, es
una señal positiva y un pequeño alivio económico para sobrellevar las
dificultades. El directorio del BROU debería demostrar una sensibilidad acorde
a los tiempos que se viven.
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Opinando N° 5 – Año 9 – Lunes 13 de abril de 2020