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lunes, 13 de abril de 2020

La famosa letra chica


La famosa letra chica

La comunicación oficial debería ser clara y precisa, sin inducir a errores ni generar falsas expectativas, especialmente cuando abarca a sectores sensibles. 
Miles de jubilados y pensionistas decepcionados y frustrados. Lamentable lo del BROU.

 

En un contexto generalizado de instituciones financieras y crediticias de plaza anunciando medidas para paliar las dificultades económicas, el pasado 24 de marzo, el Banco de la República (BROU) difundió un comunicado, con grandes caracteres, en su página web, con el siguiente título: “Emergencia sanitaria: postergación del pago de obligaciones”. El mensaje, descartando la demagogia fácil o la mala intencionalidad, es muy sugerente en lo que anuncia.

Rienda suelta a la imaginación

A continuación especificaba: El BROU brindará a sus clientes la posibilidad de postergar el pago de obligaciones, tomando en consideración la especial situación que atraviesa el país por la emergencia sanitaria. En todos los casos el beneficio podrá otorgarse a clientes con deudas vigentes al 29 de febrero de 2020.

Más adelante detallaba quiénes eran los potenciales beneficiarios, dejando en claro que incluía los préstamos al consumo (crédito social): jubilados, pensionistas y funcionarios públicos. Si bien el texto aclaraba que el mecanismo era opcional y debía realizarse mediante la modalidad de renovación a través de la página web del Brou, a partir del 6 de abril, en ningún lugar del comunicado se mencionaba que esta opción era onerosa.

Tampoco se especificaba cual era el interés que se debía abonar en caso de acceder a este supuesto beneficio, para que de manera indirecta, la imaginación fuera advertida de que no debía volar.

Como además, en las líneas siguientes se dejaba en claro que en el caso de los trabajadores privados esta postergación era automática y tampoco se hacía mención a que tuviera un costo, es fácil sacar conclusiones. Miles y miles de jubilados y pensionistas se hicieron a la idea de que podrían postergar el pago de tres cuotas de los préstamos y que podrían tener un respiro en los meses siguientes, cuando se hiciera sentir el rigor económico de la pandemia.

Brou: Evitar sorpresas desagradables

Para que no fueran sorprendidos en su buena fe, la semana pasada, Crysol alertó a sus asociados, a través de sus comunicaciones, que la postergación  de las cuotas era onerosa.

Al mismo tiempo se consideró equivocada la manera en que el Banco presentó la información. El BROU debería haber señalado explícitamente que la postergación del pago de los préstamos tenía un costo y debía haber  informado de manera explícita el monto de los intereses, para que los potenciales usuarios pudieran tomar una decisión informada.

AEBU: “Hacen negocio con los jubilados y los empleados públicos”

El mismo día, la semana pasada, el sindicato de los trabajadores bancarios se manifestó públicamente acerca de este tema. El sindicato acusó al banco de “hacer negocio” con los trabajadores públicos (se incluye a los jubilados y pensionistas) en medio de la pandemia y además asegura que los beneficios se comunicaron mal. “Nosotros no estamos de acuerdo con esta manera de implementarlo”, dijo Gonzalo Pérez, dirigente del sector. Al mismo tiempo se cuestionó el hecho de que se habilitara en forma masiva la asistencia a las sucursales, en medio de la pandemia, para llevar a cabo la renovación de los préstamos.

Una medida del gobierno que pretendió aliviar a quienes usufructúan los créditos sociales del Banco República se volverá en contra de sus pretendidos beneficiarios: la postergación de las amortizaciones mensuales por tres meses les significará un recargo por intereses. Este es un tratamiento bien diferente que el que reciben de la banca los trabajadores privados, quienes sí tendrán derecho a esa prórroga, pero sin pagar recargos por usufructuarla.

El consejero central de AEBU, Gonzalo Pérez, explicó a Informe Nacional de Radio Uruguay que «en el caso de los trabajadores privados efectivamente hay un diferimiento automático de tres meses en las cuotas de los créditos. En el de los trabajadores públicos o de los pasivos, en cambio, hay que hacer una renovación del crédito social a los efectos de que se posterguen estas cuotas». Y este es un punto problemático: «Al hacer la renovación del crédito social el banco está cobrando intereses por los tres meses en que se aplaza el pago de la cuota. Esto implica que la cuota mensual que el trabajador paga habitualmente por un préstamo se incrementa, y por lo tanto en el futuro tendrá que pagar más. Se trata de una operativa en la que el cliente, ya sea trabajador público o pasivo, no se lleva ningún peso, y sin embargo el Banco República sí le cobra intereses por el tiempo que se posterga el cobro».
 
Postergación automática para todas y todos

En una situación en que las organizaciones sociales que nuclean a los perjudicados tienen grandes dificultades para movilizarse e incluso fijar posición institucionalmente, el papel asumido por AEBU debe ser apreciado y saludado.

El sindicato bancario ha reclamado, además, que el Directorio del BROU revea la decisión adoptada y que la postergación de tres cuotas, sin recargos, sea extensiva a todos los usuarios de créditos sociales, a menos que declaren expresamente su voluntad en contrario.

Este beneficio que reclama AEBU y que seguramente contará con el respaldo del Secretariado Ejecutivo del Pit Cnt, de la Onajpu y de la Intersocial en los próximos días, es razonable y necesario. En medio de la crisis y de la incertidumbre que agobia a centenares de miles de hogares, es una señal positiva y un pequeño alivio económico para sobrellevar las dificultades. El directorio del BROU debería demostrar una sensibilidad acorde a los tiempos que se viven.

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Opinando N° 5 – Año 9 – Lunes 13 de abril de 2020