Gregorio Álvarez lleva 80 días internado y se demora el tribunal de
honor.
La diaria – 8 10 15 –
Por Ricardo Scagliola
El ex dictador Gregorio Goyo Álvarez, que en junio sufrió un
accidente cardiovascular, ya lleva 80 días internado en el Hospital Militar.
Fue ingresado el 18 de junio con un cuadro de parálisis, luego de que sus
compañeros de cárcel lo encontraran en el piso del patio del Centro de Reclusión
Nº 8, más conocido como Domingo Arena, convulsionando.
La estadía en el
hospital se hizo larga; la razón principal es que el ex dictador -que el 26 de
noviembre cumplirá 90 años- no puede regresar a la cárcel para violadores de
los derechos humanos, donde no estarían dadas las condiciones mínimas para
cuidar su salud, explicaron fuentes militares ala diaria. Sin embargo,
en declaraciones que realizó a Montevideo
Portalpoco después de sufrir el ACV, el propio Álvarez reconoció
encontrarse “bastante bien”. “No fue nada grave”, dijo. Sus allegados, sin
embargo, aducen problemas de estabilidad y falta de equilibrio.
Todo
apunta a que el ex dictador no volverá a Domingo Arena. “Ya no hay nada de él
en la cárcel; fueron los familiares y sacaron todo”, comentó una fuente. Su
abogado, Pedro Montano, pidió en varias oportunidades el beneficio de la
prisión domiciliaria por su avanzada edad y cuestiones de salud.
La
internación de Álvarez demora la concreción de la decisión del gobierno pasado
de someter al ex dictador a un tribunal de honor. La resolución, adoptada en
enero de 2014, lleva la firma del ex presidente José Mujica y del ministro de
Defensa Nacional, Eleuterio Fernández Huidobro, y se ampara en un decreto que
el mismo Gregorio Álvarez aprobó cuatro días antes de abandonar el gobierno, el
8 de febrero de 1985.
Se trata de un librillo de 58 páginas, impreso en la
imprenta del Ejército. “Hay una ley fría como una navaja, que dice que un
oficial militar que tenga sentencia firme debe pasar a un tribunal de honor”,
explicó en su momento Fernández Huidobro, quien evitó opinar sobre el tema y
aseguró que es un procedimiento “mecánico”.
El juez Luis Charles
procesó con prisión al ex dictador en 2007. Dos años más tarde, fue condenado a
25 años de penitenciaría como autor responsable de 37 delitos de “homicidio muy
especialmente agravado”, por el traslado clandestino de presos políticos en
1978. “Es imposible tomarle la declaración porque tiene una parálisis y ni
siquiera responde a lo que se le pregunta”, explicaron las fuentes militares
consultadas por la
diaria.
El ministro de Defensa sostuvo que “es muy difícil”
realizar el procedimiento. Según establece el código militar, los tribunales de
honor deben ser integrados por oficiales retirados de similar jerarquía. En
este caso serán Jorge Rosales, Carlos Díaz y Ángel Bertolotti, todos ellos ex
comandantes en jefe del Ejército durante el mandato de Tabaré Vázquez.
Además
de Álvarez, serán sometidos a tribunales de honor el capitán de fragata (R)
Juan Carlos Larcebeau, los coroneles José Nino Gavazzo, Ricardo Arab, Gilberto
Vázquez, Ernesto Ramas, Luis Maurente y JorgePajarito Silveira. En un oficio, la Suprema
Corte de Justicia confirmó que todos ellos tienen “sentencia firme”. Si bien
Fernández Huidobro cumplió con el procedimiento por aquello de la “ley fría
como una navaja”, el ministro explicó a la
diaria que
“filosóficamente” está en desacuerdo con los tribunales de honor. “Han servido
nada más que para cobrar cuentas entre ellos o para sancionar a alguien por lo
que hizo. Se supone que juzgan el honor, pero aplican una de las sanciones más
graves, que es el pasaje a reforma”, reflexionó.
En el caso de los
militares involucrados en violaciones a los derechos humanos en el pasado
reciente, los tribunales de honor juzgarán su “conducta moral” y su
“comportamiento ético”. Si concluyen que un militar no representó a las Fuerzas
Armadas con “honestidad y ética profesional”, se les puede aplicar la sanción
más dura, que implica la pérdida de la condición militar, el derecho de uso del
uniforme, la pertenencia a círculos sociales o la atención en el Hospital
Militar. La jubilación (nunca la esperanza) es lo último que se pierde para los
de verde oliva: aun pasando a “situación de reforma”, los militares la siguen
cobrando a través de sus familiares.
Según
señala el decreto firmado por Gregorio Álvarez en su artículo 27, “todo militar
debe ser un ciudadano ejemplar; por ello incumbe, más que a cualquier otro,
respetar las leyes del país, acatar la autoridad civil y dar prueba de
urbanidad en el trato social”.
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