Páginas

viernes, 29 de mayo de 2015

Sólo por eso







El Ministro de Defensa ha difundido un comunicado informando acerca del trabajo realizado atendiendo las solicitudes de información por parte del poder judicial. Burocráticamente ha señalado que ha hecho todo lo posible para colaborar, dentro de sus humanas posibilidades, con la justicia.

Como colectivo organizado entendemos que al margen de la evaluación que merece la eficacia y la eficiencia de la labor realizada,   el Ministro debería ser renunciado por el Presidente de la República por la actitud que ha tenido, de manera sistemática y reiterada, hacia las organizaciones de DDHH y las víctimas del terrorismo de Estado. Sólo por eso alcanza.

A la largo y a lo ancho de su gestión ha destratado a quienes reclaman Verdad y Justicia y en el legítimo ejercicio de sus derechos han cuestionado su labor y su desempeño al frente del Ministerio de Defensa.

Al contrario de lo que sostienen el Gral. Bonilla y el Cnel. Cedrés, la justicia no es  un obstáculo para llegar a la verdad. En nuestro país, de acuerdo a las normas constitucionales, corresponde al Poder Judicial investigar, esclarecer y sancionar todos los delitos como los cometidos durante el pasado reciente. Ha sido precisamente la imposibilidad de actuar del Poder Judicial debido a la vigencia de la Ley de Caducidad, desde diciembre de 1986 hasta octubre de 2011, lo que ha obstaculizado avanzar en temas sustanciales como el destino de los detenidos desaparecidos.

El Ministro de Defensa tiene como todo ciudadano derecho a pensar con cabeza propia, a expresar públicamente sus opiniones y puntos de vista. Como jerarca gubernamental, como integrante del gobierno, no puede y no debe destratar e insultar a quienes piensan distinto y mucho menos de la manera en que lo ha hecho en las últimas semanas.

La dictadura cívico militar, apadrinada por EEUU,  apoyada por los grandes grupos económicos nacionales y medios de prensa, fue derrotada gracias a la lucha inclaudicable del pueblo uruguayo y a la solidaridad internacional de pueblos y gobiernos. Las organizaciones como Serpaj y la Comisión Internacional de Juristas (CIJ), y no sólo ellas,  fueron herramientas que con su accionar contribuyeron al desgaste de la dictadura, a nivel nacional e internacional en los momentos más duros y difíciles. No fueron la bondad y los buenos sentimientos de los integrantes de la dictadura cívico militar, ni del Departamento de Estado, los que impidieron que todos los presos políticos fuéramos ejecutados y finalmente liberados.

En una sociedad democrática, las organizaciones que nuclean y representan a sectores de la sociedad, actuando dentro de las leyes y los marcos legales, deben ser, por lo menos, tratadas con respeto republicano, cosa que el Sr. Ministro no hace. En su caso, además, su virulencia verbal se ha enfocado pura y exclusivamente hacia quienes han trabajado de manera permanente contra la impunidad, exigiendo Verdad y Justicia para conquistar una sociedad plenamente democrática.

El ministro debería ser renunciado. Ya es hora.
------------

Opinando Nº 5 – Año 4 – Jueves 28 de mayo de 2015