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martes, 18 de noviembre de 2014

Omisión inexcusable



El pasado martes 11, la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) inauguró una nueva policlínica con el nombre de Arturo Dubra en lo que fuera "La isla" en el  Penal de Libertad durante el terrorismo de Estado.

Arturo Dubra, fallecido tempranamente a los 62 años de edad en junio de 2003,  fue un destacado expreso político de la dictadura, militante social y político y también parlamentario del partido de gobierno. El reconocimiento que se le ha tributado  es merecido e incuestionable. Fue una justa y destacable iniciativa.

El Estado debe reconocer y homenajear, colectiva e individualmente, a quienes tanto han contribuido a la conquista de la sociedad democrática en la cual vivimos.  Hacerlo supone un rechazo y una condena a quienes lo persiguieron, lo torturaron y lo encarcelaron. Designar con su nombre la nueva policlínica robustece la salud moral de la sociedad y contribuye a forjar  la memoria histórica del país, educando a las jóvenes generaciones.

"La isla" un pequeño edificio apartado del cuerpo central del establecimiento carcelario fue el lugar por el cual pasaban todos los prisioneros al llegar  y también antes de abandonar el Penal. Era también el sitio de castigo al cual se trasladaba a los prisioneros cuando se los sancionaba a rigor. Un lugar tenebroso y siempre temible por todos quienes estuvieron en el Penal. Ahí, precisamente, Horacio "el gorila" Ramos fue asesinado en 1981,  mientras cumplía una sospechosa sanción.

Durante el terrorismo de Estado 2870 prisioneros sociales y políticos del sexo masculino pasaron por el Establecimiento Militar de Reclusión Nº1 (EMR Nº1 en la jerga militar) y siempre fue conocido como el Penal de Libertad. Junto con la Cárcel de Paso de los Toros y el Penal de Punta de Rieles, fue uno de los centros donde se recluyó a los prisioneros con el propósito de destruirlos física, psíquica y psicológicamente.

A diferencia de lo ocurrido en otros países de la región, la privación de la libertad, de carácter prolongada, asociada a la tortura masiva, sistemática y generalizada,  a condiciones de reclusión aberrantes e inhumanas, fue la metodología deliberadamente seleccionada por las fuerzas armadas para aterrorizar a la población, mantenerse en el poder y destruir a todos aquellos que se oponían a sus designios.

La decisión de designar con el nombre de Arturo Dubra a la nueva policlínica fue adoptada por el Directorio de ASSE sin consultar y sin informar a las organizaciones de la sociedad civil, lo cual no deja de llamar la atención teniendo en cuenta de que en el mismo hay un representante de los usuarios, es decir, de la sociedad civil.

Lo más llamativo de todo, sin embargo, es que ni ASSE, ni el Ministerio del Interior, tuvieron, ni siquiera, la cortesía de invitar a Crysol, la organización que representa y nuclea a todos los expresos políticos de Uruguay, a la ceremonia de inauguración.

Por demandar la plena implementación en la realidad uruguaya de las normas de DDHH, muy especialmente la Resolución 60/147 de la ONU, para afirmar y fortalecer la institucionalidad democrática y construir el Nunca Más con sólidas raíces, se nos considera sujetos molestos. La representatividad de Crysol como organización nucleadora de las  y de los expresos políticos, guste o no guste, es incuestionable. El millar de socios activos, documentados, lo pone de manifiesto.

Hace unas semanas el Relator Especial de las Naciones Unidas para la promoción de la justicia, la verdad, la reparación y las garantías de no repetición, Pablo de Greiff, presentó su informe al Consejo de DDHH de la ONU en la 27ª sesión. 

Uno de los aspectos mencionados en dicho informe es la escasa atención que el Estado uruguayo presta a quienes fueron víctimas directas del terrorismo estatal. Reclamó al respecto un cambio de actitud por parte del Estado hacia las víctimas y sus organizaciones representativas, ya que ellas han sido el motor imparable de la construcción de la memoria histórica del pasado reciente, entre otras contribuciones indudables.

Este episodio protagonizado por ASSE y el Ministerio del Interior que cuestionamos como colectivo organizado, lo ejemplifica gráficamente. Lamentable. 

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Opinando – Año 3 – Martes 18 de noviembre de 2014