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Son 35
denuncias en total por situaciones que vivieron comunistas, socialistas y
dirigentes sindicales.
Este lunes, como parte de las pruebas que solicitó el abogado Kley Espinosa,
que lleva adelante las mismas, algunos de los protagonistas fueron a recorrer
las instalaciones.
Pasaron 40 años desde las primeras detenciones y el impacto fue muy fuerte.
Recordar lo vivido y señalar lugares y espacios.
Es un cuartel importante. Con muchas construcciones nuevas, lo que dificultaba
el reconocimiento. “Estaba muy cambiado todo” dijo Kley a Unoticias.
Se cumplió con esta diligencia que estaba postergada. Aún está pendiente la declaración
de los testigos que aún no comenzó.
El juez a argo se llama Gonzalo Arzuaga, y los fiscales, Rodrigo Morosoli, y
René Predniselli.
En ese lugar hubo detenciones en distintos períodos, en 1973, hasta 1976.
La dictadura en el interior del país fue dura. Los militares conocían a quienes
perseguían, a sus familias, sus amigos, donde estudiaban sus hijos y con
quienes se relacionaban.
Eso hacía que la presión fuera mucho más fuerte, según recuerdan algunos de los
que la sufrieron.
Si bien el primer departamento del interior del país que presentó una denuncia
por violaciones a los DDHH, fue Treinta y Tres, hubo muchos involucrados que se
trasladaron desde Montevideo a concretar la misma, armándose la estrategia en
la capital.
En Tacuarembó el tema fue seguido con atención por el abogado Kley Espinosa y
su señora, Inés Brunel, que es procuradora.
Ambos habían madurado la posibilidad de presentar una denuncia por los hechos
ocurridos en ese departamento.
Fue así que se pusieron al hombro la causa y comenzaron a realizar entrevistas
que le permitieron conformar la denuncia penal que fue presentada el 29 de
marzo de 2012 en el juzgado Penal de Primer Turno. El caso recayó en la jueza
Virginia Ginares en una primera instancia.
Tacuarembó se transformó así en el primer departamento que organizó, desde el
interior, una denuncia de estas características.
Privación ilegitima de libertad, torturas, robos, usurpaciones de domicilios,
abuso de autoridad contra los detenidos, entre otros, forman parte del expediente.
Las torturas en Tacuarembó fueron, según recuerdan varios de los denunciantes,
muy fuertes, a nivel de un campo de concentración nazi.
Las denuncias recaen, en su mayoría contra militares que estuvieron al frente
del Regimiento de Caballería número 5, y también de policías que actuaron como
apoyo.
Abarca un período más amplio y toma como punto de partida la represión que se
gestó en 1972 contra integrantes del MLN, llegando hasta 1978.
El Jefe del cuartel era Aurelio Abilleira. El capitán Juan Urcuhar dirigía la
represión. Son dos de los principales señalados en todos los testimonios ante
la jueza que lleva el caso. A ello se suman el oficial Chaines, alias “el
chajá” otro oscuro personaje de la época.
Ariel Zapata, Carlos Pintos, Emilio Toribio, Elvira Gómez, Carmen Regufe, Juan
Cabrera, Ramiro Alvez, Marina Ramos entre otros, forman parte de este primer
grupo que suscribió esta denuncia.
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