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lunes, 20 de mayo de 2013

Escuela de represores


DIFUNDEN DOCUMENTOS INEDITOS SOBRE LA DICTADURA DE BRASIL

La Escuela Nacional de Informaciones fue creada por los militares y siguió funcionando en democracia, hasta 1989. Pasaron por allí los que hoy están acusados de ser torturadores.

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Documentos inéditos revelan que la dictadura brasileña (1964-1985) creó un centro de formación de represores similar a la Escuela de las Américas, que Estados Unidos montó en su base en Panamá. 

La Escuela Nacional de Informaciones (ESNI), en la que se dictaron cursos de formación para la represión ilegal de la oposición política, fue creada en 1972 bajo el gobierno del presidente de facto Emilio Garrastazú Médici (1969-74), según documentos revelados ayer por el diario brasileño O Globo.

La ESNI funcionó hasta 1989, cuatro años después del fin del régimen militar, bajo el gobierno de transición de José Sarney. Según los documentos, a los que el periódico brasileño accedió en virtud de la Ley de Transparencia, estuvo inspirada en la Escuela de las Américas que funcionó entre 1946 y 1984 en Fort Gullick, territorio estadounidense en el Canal de Panamá, para formar a agentes latinoamericanos en la represión ilegal de la oposición bajo el pretexto del combate al comunismo durante la Guerra Fría.

“Por estas escuelas de represión pasaron los que hoy están acusados de ser torturadores, y en sus clases los represores aprendían a disfrazarse, a penetrar en residencias sin dejar vestigios, y a pensar como guerrilleros, leyendo estrategia del Che Guevara y de Mao Tse Tung”, escribió O Globo.

La ESNI ofreció 83 cursos durante sus 17 años de actividad. Algunos se llamaban “Interrogatorio” o “Vigilancia”. “Los clases de Interrogatorio representaron el más importante número de horarios de la disciplina”, publicó el medio. Los cursos tenían como asistentes a los agentes civiles y militares del Servicio Nacional de Información (SNI), y el objetivo era formar cuadros para los diferentes niveles de la red represiva.

Después de la escuela, muchos de los alumnos entraron al Destacamento de Operaciones de Informaciones (DOI) o al CODI (Centro de Operaciones para la Defensa Interna). Según O Globo, entre los inspiradores de la ESNI figura el brigadier Joao Paulo Burnier, ex comandante de la base aérea del aeropuerto internacional de Río de Janeiro y uno de los 60 mil militares entrenados en la Escuela de las Américas, acusado por la desaparición del militante brasileño-estadounidense Stuar Angel Jones, que fue miembro del grupo armado MR-8 e hijo de la diseñadora de modas Zuzu Angel.

El caso de la ESNI, que tuvo su sede central en un barrio de la zona sur de Río de Janeiro, al lado de la playa Copacabana, se conoció en medio del avance de la Comisión de la Verdad instalada hace un año por la presidenta Dilma Rousseff, quien fue guerrillera y estuvo presa por la dictadura, que la torturó. Brasil tuvo a sus últimos tres presidentes como víctimas de la prisión o exilio bajo la dictadura. Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) y Rousseff.

La Comisión de la Verdad no descarta que su informe final sobre lo que pasó durante los años de plomo en Brasil, que será entregado en mayo de 2014, a 50 años del golpe y antes del Mundial de fútbol, pueda contribuir a que se derogue la Ley de Amnistía sancionada en 1979 por el último presidente de facto, el general Joao Baptista de Figueiredo.

En los últimos días, militares retirados que tuvieron gran parte de su formación dentro de la democracia, fustigaron los trabajos de la Comisión de la Verdad, como el interrogatorio realizado al ex coronel Carlos Brilhante Ustra, jefe de la represión en San Pablo, que negó los 50 casos de torturas seguidas de muerte bajo su comando.

Uno de los casos fue el del general Luis Sodré de Castro, que hasta 2011 fue el comandante militar de la casa de gobierno, el Palacio del Planalto, que consideró el caso de Ustra como revanchismo.

Sin embargo, la vigencia de la Ley de Amnistía fue ratificada en 2010 por el Supremo Tribunal Federal (STF). Esta ley, que impide la apertura de procesos contra los autores de violaciones a los derechos humanos, convirtió a Brasil en el país más atrasado respecto de sus vecinos sobre la investigación y castigo a los responsables de cometer crímenes desde el Estado.

Según Gilney Viana, coordinador del Ministerio de Derechos Humanos, la nueva generación de militares adopta parte de los sentimientos de la más antigua, que participó activamente en la represión surgida del golpe de Estado contra el presidente constitucional Joao Goulart.

“Recientemente los egresados de la academia militar Agujas Negras fue bautizada como Médici (tercer presidente de la dictadura). Los instructores y los manuales militares todavía tienen otra visión de la historia y la enseñan de acuerdo con su conveniencia”, sostuvo el funcionario.

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