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Siguen llegando a los juzgados más denuncias por torturas. Mientras diversos abogados recaban testimonios para elevar denuncias colectivas de ex detenidos del Fusna y los cuarteles 6º y 9º de Caballería, también se presentan acciones individuales. Así, el ex guerrillero Jorge Zabalza ha resuelto denunciar los apremios a que fue sometido durante su larga reclusión como uno de los rehenes de la dictadura. El abogado patrocinante es Juan Fagúndez.
Se plantea al Poder Judicial la identificación de todos los mandos involucrados en la tortura a los denominados rehenes: los jefes de las divisiones II, III y IV del Ejército entre 1973 y 1984; los directores del penal de Libertad en esas fechas; los teniente coroneles y mayores que comandaban las unidades y los jefes de los S 2. "Estos datos los solicitamos con anterioridad al ministro de Defensa, señor Luis Rosadilla, pero no fueron proporcionados por dicha repartición pública", expresó Zabalza.
En la denuncia se adjunta una "reconstrucción del itinerario", que incluyó 15 destinos militares. "Será el propio denunciante, ante el magistrado y el representante del Ministerio Público y Fiscal, quien se encargue de ilustrar los tormentos, golpes, amenazas, condiciones infrahumanas en las que se le recluyó", consigna el documento al que accedió Brecha.
Asimismo, se aportaron seis testigos: Mauricio Rosencof, Julio Marenales, Henry Engler, Jorge Manera, Eleuterio Fernández Huidobro y el propio presidente José Mujica. Fagúndez argumenta, citando principalmente al jurista argentino Eugenio Zaffaroni, que la tortura es un crimen imprescriptible: "las consecuencias físicas y psíquicas de los torturados también perduran, y perpetúan la comisión del delito respecto de quienes lo cometieron u omitieron impedir su comisión". La causa quedó en manos del Juzgado Penal de Libertad.
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