CORONEL (R) GUILLERMO CEDREZ - PRESIDENTE DEL CENTRO MILITAR
El presidente del Centro Militar, coronel (r) Guillermo Cedrez, considera que la “guerra” comenzada hace cuarenta años con el enfrenamiento entre los tupamaros y las Fuerzas Armadas continúa. “Acá no hay inocentes”, dijo a Ultimas Noticias. Agregó que los militares no merecen las “afrentas” y responsabilizó al Estado por la dictadura y por los “excesos” que “pueden haber existido”. Aseguró que nunca recibió “la orden de matar” y que en las acciones de la época participaron “todos”. En alusión al presidente José Mujica y al Frente Amplio (FA) afirmó: “En algún momento el cacique, que es un hombre muy persuasivo, va a tener que juntar a los indios”.
Últimas Noticias. 22 11 10. Por María José Frías
-En el comunicado del Centro Militar donde se anuncia la creación de la Oficina de Defensas Penales se aludió a una “guerra revolucionaria en la que estamos inmersos desde hace más de cuarenta años”. ¿Esa guerra continúa?
-Sí, claro. Una situación de guerra se puede llevar a cabo sin acciones militares ni beligerancia. Las acciones legales también son un acoso y una forma de llevar a cabo determinada política contra algunas personas, en este caso particular contra las Fuerzas Armadas. Han pasado casi cuarenta años y somos acusados y criticados. Yo entiendo que es una forma de guerra.
-¿Se sigue tratando de dos bandos, dos partes específicas como cuando ocurrían los enfrentamientos?
-Aquí se declaró un estado de guerra y no se dejó sin efecto. Si bien las acciones militares fundamentales fueron el primer año, después se siguieron realizando acciones de ese tipo. Se reorganizaron en otros países y se llevaron a cabo desde el exterior también. Es obvio que hubo dos bandos y que acá no hay inocentes. Los que hacíamos estas acciones éramos todos grandes. Yo no digo que siga habiendo dos bandos, sino que por las acciones de la Justicia y por las declaraciones de algunas personas se sigue con este tema. Nosotros somos permanentemente criticados y recibimos afrentas que a esta altura del partido, no las merecemos.
-¿Quién fue el responsable?
-Cuando empezó todo esto nosotros teníamos veintitantos años y no decidíamos lo que se hacía. Aquí el responsable fue el Estado porque fue desde allí que se actuó contra la sedición. No fue una banda que actuó contra los sediciosos. Aquí no hubo ninguna orden de matar a nadie. Yo nunca recibí la orden de matar. Al contrario, tratábamos de actuar con el máximo de cautela para que no sucediera ese tipo de cosas pero éramos servidores del Estado.
-En la época de los enfrentamientos y en los primeros años de la dictadura, ¿qué rango tenía? ¿Participó en las acciones?
-Era teniente primero. No quiero hablar de esa época porque pasó hace casi cuarenta años y la memoria me puede fallar pero participé en las acciones. Los oficiales participamos todos y la gente estaba muy conforme. En esa época nos aplaudían en las esquinas cada vez que hacíamos un procedimiento.
-¿Y no hubo “excesos”?
-Pero es el Estado el que se tiene que responsabilizar, más allá que puedan haber existido excesos. Si los hubo, que se comprueben y entonces se tomen las medidas del caso pero acá tenemos procesados a los cuales les han adjudicado 28 homicidios al barrer. No están relacionados entre sí, no se encontró el cuerpo del delito, no hay armas, estaban geográficamente en distintos lugares. No es muy fácil determinar eso. Pero el responsable fue el Estado uruguayo, que si hoy ocurre algo va a mandar al mismo Ejército a combatir de la misma forma porque para eso lo tiene.
-Más allá de la responsabilidad del Estado, ustedes mantienen el concepto de los bandos, al punto de tener en la puerta del Centro un cartel que prohíbe la entrada a las personas vinculadas a la sedición…
-El cartel es la foto de un momento y pinta lo que fue toda esa historia, nada más. El Centro Militar tiene conferencias a las que entra el público. Obviamente a usar el gimnasio entran solo los socios pero eso es así en cualquier institución. Nosotros no prohibimos la entrada a nadie. El cartel fue una resolución de una asamblea en un momento determinado.
-Pero está allí y hoy personas que integraron el MLN son el gobierno, como el presidente de la República y el ministro de Defensa. ¿Los recibirían?
-Por supuesto. Son autoridades de gobierno. Nosotros no discriminamos a nadie y el cartel es una anécdota que marca la historia de algo que no podemos ni debemos negar.
-¿Cómo se termina con este estado de guerra?
-Voluntad política. Las personas que pueden hacer algo por esto deberían hacerlo y los bandos deberíamos ponernos de acuerdo para terminar la beligerancia. Nosotros estamos dispuestos. Siempre lo estuvimos.
-Cuando comenzó el gobierno, ¿vieron los mensajes del presidente José Mujica como una posibilidad de reconciliación?
-Sí, claro que lo vimos. Nosotros, los que están en Domingo Arena y los que están en Chile. Seguimos esperando. En algún momento el cacique, que es un hombre muy persuasivo, va a tener que juntar a los indios. Unanimidades nunca va a haber y no es bueno que las haya. De las discrepancias sale la luz. Yo estimo mucho que se pueda discrepar e intercambiar opiniones y me sale la frase: “Sería capaz de dar la vida defendiendo tu derecho a discrepar conmigo”. Hemos madurado y nos hemos dado cuenta de muchas cosas. El Centro Militar está a la orden para sentarnos a conversar.
“CONFÍO EN LA JUSTICIA, PERO SON HUMANOS”
-¿Cómo se compone la Oficina de Defensas Penales?
-Es un equipo de abogados nuestros al que los socios pueden recurrir cuando son convocados. Se va a financiar con el aporte voluntario de cien pesos mensuales de socios y allegados. Además si se juzga a alguien que no es socio del Centro Militar sino de otra institución vinculada, también podría recurrir previa coordinación de las directivas porque ese club va a hacer su aporte. Siendo del entorno de la familia militar, lo vamos a defender.
-¿Por qué decidieron crearla? ¿Se ha complicado la situación legal para los militares?
-Aparentemente necesitamos más abogados. La situación parece haberse acelerado. Al declarar inconstitucional la Suprema Corte de Justicia la ley de Caducidad para la causa Bordaberry, abarcó todos los casos comprendidos en ese período.
-¿Sienten que en los casos de juicios a militares tienen las garantías necesarias o entienden que de alguna manera se los está prejuzgando?
-Me remito a las declaraciones de la doctora Azucena Berrutti, que dijo que estaban procesados sin pruebas. Ese es el concepto y el doctor (Miguel) Langón habló también de un derecho penal para el enemigo. Estas dos personalidades plantean algo de eso. No lo digo yo sino la doctora Berrutti.
-¿Confía en la Justicia?
-Confío en la Justicia pero son humanos. Un tema es la confianza que yo tengo de que como personas intentan hacer las cosas bien pero otra cosa es que se pueden equivocar, como todos los seres humanos.
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