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sábado, 18 de septiembre de 2010

Eduardo Galeano recibe premio Stig Dagerman en Suecia

Por Agencia EFE

Copenhague, 12 sep (EFE).- El escritor uruguayo Eduardo Galeano recibió hoy en la localidad sueca de Laxön (norte), el premio Stig Dagerman, uno de los más prestigiosos galardones literarios en Suecia.

Galeano fue distinguido con el galardón, llamado "Un día al año", por estar "siempre y de forma inquebrantable del lado de los condenados", por escuchar y transmitir su testimonio mediante la poesía, el periodismo, la prosa y el activismo, según el jurado.

Durante el acto de entrega, el autor uruguayo leyó fragmentos de su obra "El libro de los abrazos", que acaba de ser traducida al sueco, y participó en un coloquio con escritores de este país escandinavo.

El galardón, dotado con 50.000 coronas suecas (unos 6.900 dólares), fue otorgado por primera vez en 1996 y lleva el nombre de Stig Dagerman (1923-1954), autor anarquista y uno de los principales escritores suecos de la década de 1940.

Con él se distingue a personas y organizaciones que siguiendo el espíritu de Dagerman defienden la importancia y la accesibilidad a la palabra libre.

En el palmarés del premio figuran, entre otros, la austríaca Elfriede Jelinek (2004) y el francés Jean-Marie Gustave Le Clézio (2008), que ganaron justo ese año el Nobel de Literatura.

Galeano tiene previsto pronunciar este martes una conferencia en la Universidad de Estocolmo sobre "Los pecados mortales en el mundo al revés".

LOS CAMINOS DEL VIENTO

Por Eduardo Galeano

Querido Stig:

Ojalá seamos dignos de tu desesperada esperanza.

Ojalá podamos tener el coraje de estar solos y la valentía de arriesgarnos a estar juntos, porque de nada sirve un diente fuera de la boca, ni un dedo fuera de la mano.

Ojalá podamos ser desobedientes, cada vez que recibimos órdenes que humillan nuestra conciencia o violan nuestro sentido común.

Ojalá podamos merecer que nos llamen locos, como han sido llamadas locas las Madres de Plaza de Mayo, por cometer la locura de negarnos a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.

Ojalá podamos ser tan porfiados para seguir creyendo, contra toda evidencia, que la condición humana vale la pena, porque hemos sido mal hechos, pero no estamos terminados.

Ojalá podamos ser capaces de seguir caminando los caminos del viento, a pesar de las caídas y las traiciones y las derrotas, porque la historia continúa, más allá de nosotros, y cuando ella dice adiós, está diciendo: hasta luego.

Ojalá podamos mantener viva la certeza de que es posible ser compatriota y contemporáneo de todo aquel que viva animado por la voluntad de justicia y la voluntad de belleza, nazca donde nazca y viva cuando viva, porque no tienen fronteras los mapas del alma ni del tiempo.

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