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sábado, 21 de agosto de 2010

La historia del "Carretilla de Plata"


CORONEL JUAN CARLOS GÓMEZ

Caras y Caretas. 20 8 10

Hijo de un reconocido militar, líder de su promoción y abanderado, también se destacó como represor antes y durante la dictadura. Revistó en Caballería Nº 8, reprimió al PCR en Caballería Nº 4, fue mando en el Penal de Libertad, jefe de Policía de Maldonado y es hoy jefe del cuestionado Regimiento Simbólico San Jorge que encabeza Goyo Álvarez. Estuvo en Buenos Aires en 1976 y sufrió una lesión en una operación en el exterior por la que le pusieron un implante en el rostro. Lo apodaban 'Carretilla de Plata'.

El procesamiento con prisión del coronel (r) Juan Carlos Gómez por el asesinato del estudiante Roberto 'Tito' Gomensoro en 1973 no sólo permitió revelar el rostro de un represor de la dictadura, que a la impunidad otorgada por la Ley de Caducidad agregaba el “escondite” de su común apellido, sino que implicó un duro golpe político para uno de los sectores más conservadores del Ejército, el arma de Caballería, del que el militar encarcelado era el actual jefe del polémico Regimiento Simbólico San Jorge, expulsado durante el gobierno de Tabaré Vázquez del Cuartel de Blandengues y que sigue funcionando en la sede del Centro Militar.

Juan Carlos Gómez siempre se destacó como estudiante. Fue el primero de su promoción y abanderado de la Escuela Militar. Ingresó al arma de Caballería en 1957 como su padre, el coronel Andrés Gómez Larcebó, a quien se le recuerda por su tarea humanitaria junto al general Enrique Magnani, en el Comando Militar de Emergencia de Paso de los Toros durante las inundaciones de 1959, donde el general Líber Seregni participó como jefe del Estado Mayor. Don Andrés Gómez tenía tal prestigio que habitualmente era designado como árbitro de los lances caballerescos (duelos) que se sucedieron en Uruguay un siglo atrás.

Carlos Gómez, como prefería que lo llamaran, revistó en el viejo Regimiento de Caballería Nº 8, donde habían servido varios militares que años después serían figuras protagonistas de la dictadura, como Esteban Cristi, Yamandú Trinidad, Germán de la Fuente y Manuel J. Núñez. Allí fueron sus superiores otros golpistas, como Ignacio Bonifacio y Manuel I. Fernández (actual presidente del Centro Militar). Entre sus compañeros con el grado de alférez figuran Ignacio Bonifacio, Luis de Esteban y Luis Núñez;; el jefe de la unidad militar era entonces el teniente coronel Carlos Serralta, secundado por su similar Estanislao Fajardo.

En la llamada “lucha contra la subversión” Gómez también se destacó. Miembro de la promoción Gral. Melchor Pacheco y Obes (figura militar de la Guerra Grande), se integró a las Fuerzas Conjuntas durante el gobierno de Jorge Pacheco Areco y se especializó en la represión contra el Partido Comunista Revolucionario (PCR). En 1973 dirigió torturas e interrogatorios sobre esos militantes “maoístas” en el Regimiento de Caballería Nº 4, según confirmaron a Caras y Caretas algunas de sus víctimas. El militar estaba asentado en Durazno y solía pernoctar en el Batallón de Ingenieros Nº 3, donde funcionaba la Oficina Coordinadora de Operaciones Antisubversivas (OCOA) de la División de Ejército III.

METÓDICO Y SEVERO

Es en ese marco que en marzo de 1973, Gómez y el mayor José Nino Gavazzo interrogaron y mataron a Roberto 'Tito' Gomensoro en el “Campo 3” de la Unidad de Ingenieros adjunta al pueblo isabelino. Sus víctimas lo describen como “un tipo muy metódico para torturar”, quien solía actuar acompañado de un médico (con túnica blanca) y de un teniente de apellido Martínez, un miembro del OCOA III que posiblemente perteneciera a la Policía porque los detenidos encapuchados sólo podían reconocerlo por ser los únicos zapatos entre el tumulto de botas militares que alcanzaban a identificar en medio de la tortura.

Entre 1974 y 1977, Carlos Gómez volvió al Regimiento de Caballería Nº 8, bajo el mando del entonces teniente coronel Ambrosio W. Barreiro, quien llegaría a ser intendente designado y luego electo del departamento de Cerro Largo y tendría particular incidencia sobre la carrera del por entonces capitán Gómez, cuando en 1989 –ya en democracia y poco antes del plebiscito contra la Ley de Caducidad– propiciaría la fundación del Regimiento Simbólico San Jorge, un particular espacio de 'sociabilidad' para militares en actividad y retiro del arma de Caballería, cuyo primer jefe fue el coronel Tulio A. Farías (1989-90) y el actual jefe era desde hace un año, precisamente, el ahora procesado Juan Carlos Gómez.

En 1977, Gómez fue asignado como uno de los jefes del Establecimiento Militar de Reclusión Nº 1 (EMR 1) conocido como Penal de Libertad. También allí lo recuerdan quienes le sufrieron. Lo llamaban 'Carretilla de Plata', porque –según se decía– había necesitado una reconstrucción con una placa metálica en su rostro como consecuencia de un fragmento de explosivo que había recibido en una misión militar en el exterior. El implante endurecía más el rostro de aquel oficial de mentón recto, entrecejo en línea, labios finos y fríos ojos azules. “Era muy severo. Primero aplicaba sanciones a la guardia y, después, cuando estaban enloquecidos, se los largaba a los presos para hacer controles y requisas”, recuerda uno de sus detenidos.

Cuando en 1981 el teniente general Gregorio 'Goyo' Álvarez asumió como dictador la Presidencia de la República, Juan Carlos Gómez fue designado jefe de Policía de Maldonado, donde, en el marco de sus especialidades, terminó de construir la Cárcel de Las Rosas. Otra de sus víctimas recuerda que por esos años se realizó en Punta del Este una importante reunión del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Uno de los periodistas que cubría el evento para la agencia Pressur era un ex preso político y fue reconocido por Gómez, quien habría dado la orden de que lo arrestaran e interrogaran. El colega pasó varias horas en la comisaría Nº 20 de Maldonado, donde fue cuestionado sobre la agencia noticiosa por un oficial del Ejército. Gómez acompaña ahora al Goyo en los celdarios de Domingo Arena.
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